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Rechazada la elección de un consejero del BCE por la falta de candidatas femeninas

El Parlamento Europeo no admite al luxemburgués Yves Mersch como consejero del organismo

Mersch, en una imagen de archivo.
Mersch, en una imagen de archivo.PATRICK HERTZOG (AFP)

Es solo un gesto, pero cargado de simbolismo. La comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo rechazó ayer lunes el nombramiento de Yves Mersch como consejero del Banco Central Europeo (BCE). En principio, los eurodiputados que han expresado su opinión no tienen nada en contra del currículum del luxemburgués. El no obedece al hecho de que en la terna que se presentó para sustituir al español José Manuel González-Páramo no hubiera ni una sola mujer.

La votación, que concluyó con 20 noes, 13 síes y 12 abstenciones, no tendrá efectos prácticos, ya que el Europarlamento no puede vetar a los miembros del consejo del BCE. Está obligado a dar su opinión, pero esta no es vinculante. En última instancia, es el Consejo Europeo (es decir, los Gobiernos) el que debe confirmar o tumbar el nombramiento.

La Comisión de Asuntos Económicos ya decidió el pasado mes de septiembre posponer la votación del sustituto de González-Páramo como forma de protesta por la nula representación femenina en el máximo órgano de gobierno del BCE. "Estoy convencida de que hemos tomado la decisión correcta. Objetamos que la institución más poderosa de la UE vaya a estar dirigida solo por hombres durante los próximos seis años", dijo tras la votación la presidenta de la comisión parlamentaria, la liberal británica Sharon Bowles.

Tras la votación en contra de Mersch, el pleno de la Cámara volverá a pronunciarse el próximo jueves. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, abordará hoy martes el asunto en su comparecencia en Estrasburgo, en un intento de aplacar los ánimos y lograr un del Parlamento.

Esta no es la única batalla sobre la presencia femenina en los puestos de responsabilidad que se librará estos días en Estrasburgo. La Comisión deberá pronunciarse hoy martes sobre la directiva que pretende obligar a las grandes empresas a tener al menos un 40% de mujeres en los puestos no ejecutivos de sus consejos de administración de aquí a 2020.

Se trata de un asunto que ha divido al Ejecutivo europeo en dos y en el que su máxima impulsora, la vicepresidenta y titular de Justicia, Viviane Reding, ha comprometido gran parte de su capital político. Será la primera vez desde 2004, cuando José Manuel Barroso asumió la presidencia, que el colegio de comisarios no vote una iniciativa por unanimidad.

Una de las paradojas de la iniciativa de Reding es que ha obtenido el apoyo de algunos de los comisarios varones con más peso –Joaquín Almunia, Olli Rehn, Michel Barnier, Antonio Tajani, László Andor... -, según ha anunciado la propia comisaria en su cuenta de Twitter. Sin embargo choca con la oposición de algunas de sus colegas femeninas más destacadas –Catherine Ashton, Neelie Kroes, Connie Hedegaard y otras-, que prefieren que cada Estado miembro regule según su criterio la presencia de mujeres en los órganos de dirección de las empresas. Nueve Estados miembros –Reino Unido, Holanda, Bulgaria, Letonia, Estonia, Lituania, República Checa, Hungría y Malta- también han escrito a Bruselas para mostrar su oposición al proyecto.

“Por supuesto que habrá mucha oposición, pero Europa tiene mucho que ganar con unos consejos de administración más diversos”, añadió la vicepresidenta en su Twitter. Según fuentes recogidas por el Financial Times, es muy probable que la propuesta no salga adelante, ya que solo cuenta con el apoyo explícito de ocho de los 27 comisarios, mientras que 11 votarán en contra. Los nueve indecisos serán los que inclinen la balanza a uno u otro lado.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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