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Declarada culpable la mujer acusada de matar a su hijo en Menorca en 2008

El fiscal pide veinte años de cárcel para Mónica Juanatey

Culpable del asesinato por alevosía de su único hijo, de nueve años. El jurado popular dio esta noche su veredicto contra Mónica Juanatey, de 32 años, al considerar probado que ahogó, de manera violenta, según los médicos, al menor en la bañera de su casa. El crimen sucedió en 2008 en Mahón, en la isla de Menorca, y fue descubierto dos años después, casualmente, al aparecer en el monte el cuerpo de la víctima en el interior de su gran maleta de viaje con la que acudió a la isla para quedarse a vivir con su madre.

Los miembros del jurado rechazaron las tesis de la defensa de Juanatey acerca de la existencia de una supuesta patología psiquiátrica y dieron por probado que la mujer actuó en solitario en su casa. El fiscal mantuvo su petición: una pena de 20 años de prisión por asesinato por alevosía con la agravante de parentesco. Juanatey lleva dos años en prisión tras ser detenida al conocerse el asesinato. Confesó ser la autora del crimen en un primer momento y en la vista se escudó en un vacío de memoria.

La madre, soltera, ocultó a su familia residente en Galicia la muerte del menor. A sus diferentes parejas les indicó que era su sobrino. Al niño le exigía que le llamara “tita”. En un caso sí comunicó que su hijo había muerto, atropellado. En otras de sus muchas comunicaciones en las redes explicó que su vástago había hecho la primera comunión. Durante dos años no fue escolarizado y tenía el DNI caducado, según desveló a la policía al rastrearse la identidad de los restos hallados. Unas letras de sus iniciales apenas visibles bajo la goma de borrar del lapicero ayudaron a dar nombre al niño asesinado.

Toda la biografía de la madre "está teñida de mentiras, está basada en la mentira”, reseñó un forense en el juicio. Ella aseguró en todo momento que no se acordaba de nada de lo que sucedió cuando su hijo pereció en la bañera, que solo retenía una imagen: ella con el hijo en brazos, inerte. “No la creemos, no creemos que no se acuerde”, añadió el médico que apuntó “un trastorno antisocial”.

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