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PEDRO ALONSO Investigador en malaria

“Esperábamos un resultado mejor en recién nacidos”

El científico afirma que los resultados de la vacuna compensan su coste

El investigador de la vacuna contra la malaria Pedro Alonso.
El investigador de la vacuna contra la malaria Pedro Alonso.Joan Sánchez

“Desde luego, no estamos encantados con la vida”. El investigador español Pedro Alonso asume que los resultados presentados ayer del prototipo de vacuna contra la malaria en el que él trabaja no son tan buenos como le gustaría. “Esperábamos un resultado mejor en recién nacidos; tan bueno, al menos, como en niños mayores”, afirma por teléfono desde Barcelona al referirse a la protección del 31% mostrada en recién nacidos, inferior al 57% visto en niños de 5 a 17 meses. “No sabemos por qué ha sido así. Hay muchas posibles causas, pero son todas hipotéticas. Lo podremos desentrañar cuando, dentro de un año, tengamos resultados definitivos desglosados por centros”, dice.

Uno de los problemas de esta investigación es que “en malaria no hay un modelo animal”, dice Alonso. “Seguimos una aproximación de ensayo y error, empírica”, explica.

Este revés, sin embargo, no le desanima. La idea de adelantar el suministro de la vacuna a bebés tenía una causa “logística”. “Se trataba de aprovechar el contacto de madre con el sistema sanitario para las otras vacunas, que en África se ponen muy pronto. Sin embargo, no creo que el retraso tenga un gran impacto en la cantidad de malaria”, dice el médico, que ha dirigido los ensayos desde el centro de Manhiça, en Mozambique, y su extensión posterior.

En malaria no hay un modelo animal. Seguimos una aproximación de ensayo y error"

Ahora toca estudiar los motivos y mejorar el prototipo. Alonso defiende la validez del modelo. “Estoy seguro de que cuando se analice el coste-eficacia de la vacuna, será positivo”. Y cuenta con un colchón muy seguro: “El 95% de la financiación viene de la Fundación Bill y Melinda Gates”. Además, el trabajo, que empezó hace 15 o 20 años, es “relativamente barato”. “Llevamos gastados unos 200 o 250 millones de dólares [entre 156 y 195 millones de euros], cuando poner en el mercado una vacuna cuesta ocho veces esa cantidad”.

“Estamos en un nuevo paradigma. No entiendo por qué la vacuna del VIH se descartó cuando ofreció una protección del 30%. En el caso de la malaria, estos son muchas vidas. Además, no se usaría aislada, sino con otras prácticas, como las mosquiteras con insecticida, los tratamientos y las pruebas rápidas. Seguro que merecerá la pena”, dice Alonso convencido.

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