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Bruselas alerta de que la pobreza en la UE está en niveles “preocupantes”

Los responsables comunitarios avisan a los países de que las medidas de austeridad deben tener un límite Piden más inversión en políticas sociales

María R. Sahuquillo

Unos 120 millones de europeos --uno de cada cuatro-- está en riesgo de caer en la pobreza. Y, tal y como avanza la tormenta de la crisis que está llevando de la mano al desempleo, la situación está muy lejos de mejorar. Las nefastas perspectivas, y su gestión por parte de los 27 países de la UE, preocupan a los responsables comunitarios, que alertan de que si no se actúa la situación puede ser difícil de revertir. Sobre todo si no hay tope en las políticas de austeridad que algunos gobiernos han emprendido para luchar contra la recesión. “Salir de este ciclo nos obliga a tomar medidas muy duras”, ha admitido hoy el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso. “Pero hay límites. No todos los esfuerzos que se están llevando a cabo en Europa son aceptables socialmente. Hay que tomar decisiones económicas sensatas que tengan en cuenta las consecuencias sociales de estas reformas”, ha recalcado durante la Cumbre Europea contra la Pobreza que se celebra estos días en Bruselas.

Cada vez se hace más patente que la estrategia Europa 2020, que incluía el objetivo de reducir la pobreza en 20 millones de personas de aquí a ocho año,s está fracasando. Día tras día son más quienes pasan a estar en situación de exclusión social y quienes sufren privaciones materiales severas –en España, 12,4 millones de personas están en riesgo, el 27% de la población, según Eurostat--. Por eso, hoy, ante un centenar de organizaciones sociales y representantes de los 27, Durao Barroso; el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y la vicepresidenta de la Eurocámara, Isabelle Durant, han pedido a los países miembros responsabilidad para que no dejen de invertir en políticas sociales que acoten este problema. También han reclamado que los Estados apuesten por impulsar el Fondo Social Europeo –la Comisión propone que un mínimo del 25% de la política de cohesión se dedique a este apartado, y que dentro de este otro 20% se emplee en la lucha por la inclusión social-- y que apoyen otros proyectos como el del Fondo de Ayuda a los más necesitados; un plan dotado con 2.500 millones de euros para destinar a las necesidades alimentarias de la población de 2014 a 2020.

Pero los presupuestos, tal y como ha explicado el comisario europeo de Asuntos Sociales y Empleo, Lazslo Andor, aún se están cocinando y no será nada fácil sacarlos adelante. Algunos países, como Reino Unido, se muestran muy reticentes a aumentar la partida; aunque sea para propuestas como la acabar con la pobreza. “La decisión está aún por tomar y ahí veremos el grado de compromiso de los Estados miembros”, ha apuntado Andor. “Me preocupa que en el momento en que Europa más necesita inversiones, cuando tenemos que luchar contra la exclusión social, algunos creen que tenemos que reducir el presupuesto, algo fundamental para luchar contra este problema”, ha criticado el presidente de la Comisión.

Los países deben mantener los servicios sociales y las redes de seguridad social

Pero Bruselas no reclama solo más fondos comunitarios. También que los países mantengan los servicios sociales y las redes de seguridad social. El mensaje es claro. Con las tasas de paro, y también de desempleo juvenil, disparadas en algunos estados miembros –en España, según Eurostat, hay ya más de seis millones de parados— no se puede agujerear el tejido social que da respuesta a las necesidades de una población cada vez más vulnerable. “En toda Europa, por primera vez en varios siglos nuestros ciudadanos piensan en el futuro con temor”, ha afirmado Barroso. “En los países del Sur de Europa se está viviendo una situación de verdadera emergencia social, y no podemos permitir que se desmorone nuestro modelo de inclusión social”, ha dicho.

Las medidas de sobriedad extrema, los recortes en partidas destinadas a políticas sociales, sanidad o educación solo llevan aparejada más pobreza, advierten desde la UE. "Sabemos que la situación es compleja, pero hay que mantener el gasto social", ha recalcado preguntado sobre España y las medidas de recortes el comisario Andor. Y esta visión, aplicada a los 27 países, la comparte también el presidente de Chipre, Demetris Christofias: “Las políticas de austeridad han llevado al desmantelamiento del Estado de bienestar. La riqueza se tiene que repartir de manera más equitativa. El enfoque no puede ser socializar las pérdidas y privatizar los beneficios. No podemos poner el peso de las pérdidas en aquellos que no tienen para vivir. Ellos son los últimos que tienen que cargar con las culpas de los puntos débiles de la unión económica y monetaria”, ha dicho a través de un comunicado.

Así, la pobreza solo se puede combatir con más inversión en protección social y, sin duda ninguna, con planes para fomentar el empleo --como el proyecto para luchar contra el desempleo juvenil presentado hoy en Bruselas--. Y sobre todo el empleo de calidad. “El empleo es la forma más eficaz de mantener a la gente al abrigo de la pobreza, pero por desgracia el empleo no siempre es una garantía de no ser pobre”, ha recordado Van Rompuy que ha afirmado que, aunque en algunos casos se trate de ocultar, la pobreza afecta a todos los países de la UE y está llegando a niveles “intolerables”.

Pero ni las recomendaciones ni las buenas intenciones están logrando rebajar esta alarmante situación. Algunas organizaciones sociales creen que solo se mejorarán las cosas si esos consejos y directrices que emite ahora Europa se transforman en leyes. La Plataforma Social, por ejemplo, pide una directiva comunitaria para que los países dediquen un mínimo de inversión garantizada para programas sociales. “Tenemos que asegurarnos de que hay basantes ingresos para invertir en políticas sociales. Es necesario instalar un pilar social en el Gobierno económico de la UE”, ha insistido Conny Reuter, presidente de esta organización que agrupa a numerosas ONG europeas.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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