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La rebelión de los rectores

Las universidades pierden unos 3.000 docentes con los recortes Los dirigentes de los campus denuncian que los ajustes lastran el futuro de España

El rector de la Universidad Complutense, José Carrillo, con la vicerrectora de la Politécnica, Linarejos Gámez. Foto: CARLOS ROSILLO / Vïdeo: ATLASFoto: atlas

Los rectores de las universidades públicas españolas, en una inusual acción concertada, denunciaron ayer de forma simultánea el negro panorama que aguarda a la Universidad y al progreso de España como país si se concreta el recorte del 18% del presupuesto para educación superior y la bajada del 80% en gastos no financieros en I+D+i en los campus. La mayoría de los efectos —que dejan a la Universidad al borde de la asfixia económica, en una situación de “deterioro irreparable”—, se notarán a medio o largo plazo. Pero lo que ya es visible es la pérdida de profesores: hay unos 3.000 docentes menos que hace un año entre jubilaciones que no se cubren y asociados que no repiten.

Esta es la primera estimación de pérdida de capital humano ofrecida por la presidenta de la CRUE (Conferencia de Rectores de Universidades de España), Adelaida de la Calle, tras leer el manifiesto La Universidad, garantía de futuro en el que alertan de que los recortes en investigación y docencia llevarán a España a la “pérdida del tren del desarrollo tecnológico”. Un portavoz del Ministerio de Educación declinó ayer comentar la protesta, inspirada en una iniciativa similar de los rectores portugueses.

Esos 3.000 docentes equivalen al 3% de la plantilla total (100.600 profesores, según las últimas cifras oficiales disponibles del curso 2009-2010) para 1,3 millones de estudiantes, según los últimos datos del curso 2011-2012. El mayor campus presencial de España, la Universidad Complutense, ha perdido 250 docentes y negocia posibles bajadas de sueldo para el resto. Las universidades catalanas estiman que hay 660 menos en sus campus y ya han recortado en nóminas.

La CRUE: “Caeremos del noveno puesto en producción científica”

Entre los docentes perdidos hay un perfil muy especializado para el que las universidades intentan buscar remedio. Son los profesores doctores —entre 20 y 50 por campus, calcula De la Calle— formados durante cinco años con becas y proyectos de investigación pero sin opciones para quedarse en los campus cuando acaba ese periodo. Su especialización supone unos 300.000 euros por docente al erario público, según la estimación que ofreció ayer el rector de la Complutense, José Carrillo. La escasa tasa de reposición (10%) y la falta de fondos les expulsa del sistema.

“Estamos cortando una generación, tirando un dinero que aprovecharán otros países”, critica Carrillo. “Las comunidades autónomas intentan recuperarlos de alguna forma. Se ha desarrollado en ambientes mucho más competitivos que los que tuvo la gente de mi generación, no podemos perderlos”, añade De la Calle.

“Si hace 10 años se hubiera parado la investigación, hay enfermedades que no sabríamos curar”, apuntó ayer Carrillo para explicar que, más allá de la cifra de docentes perdidos, el efecto de los recortes en las universidades se nota “a medio plazo”. “Estamos en el noveno puesto de producción científica pero, si dejamos de competir, perderemos un tiempo precioso mientras el resto sigue su curso. Recuperarse cuesta mucho más. No invertir en conocimiento ahora nos saldrá más caro luego”, apuntala la presidenta de la CRUE.

Los campus piden conocer con

Los rectores piden también una planificación en los presupuestos, conocer con mayor anticipación cómo serán sus cuentas de los próximos años. “El entorno es tremendamente incierto”, explica Linarejos Gámez, vicerrectora de Asuntos Económicos de la Politécnica de Madrid. La UPM alberga a más de un centenar de equipos de investigación. Calculan que habrá 200 afectados entre profesores despedidos y aquellos que verán sustancialmente recortada su jornada laboral. “Nos gustaría poder tener esperanza en el futuro, conocer en cuánto se prevé el cambio y poder hacer una planificación”, añade.

Los rectores catalanes se mostraron especialmente preocupados también por el hachazo que se le da a la investigación. En una comparecencia conjunta, los responsables de las cinco universidades públicas barcelonesas tacharon de “muy grave” el recorte del 80% en los gastos no financieros para la investigación. Prevén cierre de grupos y proyectos de investigación. “El modelo de investigación está en riesgo porque no habrá dinero para equipos de los laboratorios o becas de formación de investigadores”, terció el rector a la Universitat Pompeu Fabra, Josep Joan Moreso.

Los campus catalanes desconocen aún cuánto deberán ajustarse el año que viene. Los rectores no están pendientes tanto del recorte del 18% del Estado en educación superior, como de la forma en que se concretarán los 4.000 millones de ajuste anunciados por la Generalitat para 2013. Las universidades catalanas han recibido instrucciones de congelar sus presupuestos hasta que el Gobierno catalán, en funciones, apruebe las cuentas en primavera. Con todo, reconocen que no les queda mucho margen para seguir recortando. “La eficiencia tiene un límite”, aseguró el rector de la Politécnica de Cataluña, Antoni Giró.

El rector de la Universidad del País Vasco (UPV), Iñaki Goirizelaia, se descolgó ayer de la lectura del manifiesto conjunto. Explicó que su campus cuenta con el respaldo del Gobierno vasco y no podía leer un documento en el que, además de las quejas contra la falta de apoyo estatal (que respalda), había una crítica al recorte de financiación regional, que no comparte.

Es de las pocas universidades que puede planificar sus actuaciones. La UPV firmó en 2011 un plan de universidades con el Ejecutivo regional que supone 1.600 millones de euros hasta 2014. Otras comunidades autónomas, como Madrid, dinamitaron acuerdos similares al arreciar la crisis, lo que todavía mantiene pleitos abiertos con sus campus.

La UPV dispone de 450 millones de presupuesto, que ha sufrido “pequeñas bajadas” por la reducción del sueldo que se aprobó para todos los funcionarios. En investigación y en infraestructuras, según el rector, se mantienen cuentas similares a las de los últimos años. Su universidad no ha perdido profesorado, asegura. “Nuestra política es seguir manteniendo las plantillas”.

Con información de Ivanna Vallespín.

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