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La cuádruple hélice del ADN

Investigadores británicos demuestran que el genoma humano no contiene solo estructuras de doble hebra, sino también de cuatro, y estudian su relación con el cáncer

A la izquierda, representación de las estructuras de cuádruple hélice. A la derecha, su visualización en células cancerosas.
A la izquierda, representación de las estructuras de cuádruple hélice. A la derecha, su visualización en células cancerosas.universidad de cambridge

En 1953, los científicos James D. Watson y Francis Crick descubrieron que el ADN humano contenía estructuras de doble hélice, un trabajo que les valió el premio Nobel en 1963. Ahora, seis años después, investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) publican un artículo en la revista Nature Chemistry en el que afirman que el genoma contiene también estructuras de cuatro hebras, un hallazgo que podría ayudar a comprender mejor el mecanismo de reproducción de las células cancerosas.

Tras más de 10 años de investigación, el equipo de Cambridge ha logrado demostrar la existencia de estas estructuras complejas en células humanas vivas trabajando desde lo hipotético, a través de modelos computacionales, hasta experimentos de laboratorio y, finalmente, la identificación de las células cancerosas humanas utilizando biomarcadores fluorescentes.

La investigación muestra una relación clara entre las estructuras de cuatro hebras y el proceso de replicación del ADN, esencial para la división celular, lo que podría dar la clave para detener la proliferación de las células cancerígenas.

Por lo general, el cáncer es impulsados por los oncogenes que han mutado para incrementar la replicación del ADN, lo que lleva a la proliferación celular a una espiral fuera de control, que conduce al crecimiento del tumor. "Hemos descubierto que atrapando el ADN con moléculas sintéticas podemos secuestrarlo y estabilizarlo, proporcionando pistas importantes sobre cómo se puede detener la división celular", señala el profesor Shankar Balasubramanian, uno de los miembros del equipo de Cambridge. "Muchos tratamientos actuales del cáncer atacan el ADN, pero no está claro cuáles son las reglas. Ni siquiera sabemos en qué parte del genoma reaccionan algunas de ellas. Puede ser un enfoque con una acción amplia y dispersa", añade.

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