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La contaminación ahoga de nuevo a Pekín

Los niveles de polución se disparan en la capital china por segunda vez en dos semanas

Una mujer con máscara cruza un puente de Pekín.
Una mujer con máscara cruza un puente de Pekín.WANG ZHAO (AFP)

Una capa densa de contaminación vuelve a ahogar Pekín por segunda vez en poco más de dos semanas. La capital y otras regiones del norte y este de China se encuentran bajo una nube tóxica —mezcla de niebla, contaminantes y polvo— que ha disparado las dolencias respiratorias y cardiacas, ha forzado la cancelación de alrededor de 200 vuelos y ha provocado el enojo de los ciudadanos con las autoridades, que han aconsejado a la residentes en Pekín que no salgan a la calle si no es totalmente necesario.

La visibilidad cae a unos cientos de metros, los contornos de los rascacielos se difuminan, el tráfico disminuye, las mascarillas de protección se multiplican. La capital china ha superado en los dos últimos días en varias ocasiones el índice máximo de medida de la polución que recogen los gráficos, fijado en 500. A lo largo de todo el martes ha estado por encima de 400, según los datos de la estación de control de la Embajada de Estados Unidos, tras haber alcanzado 517 a las seis de la mañana (más de 20 veces superior al límite de seguridad recomendado por la Organización Mundial de la Salud para un periodo de 24 horas). Se califica la calidad del aire como excelente cuando el índice es menor de 50, y buena cuando es inferior a 100. Por encima de 300 es considerado peligroso, y más allá de 500 no existe calificativo.

El Centro Municipal de Control Medioambiental de Pekín, que tiene estaciones de control por toda la ciudad, ofrece unas medidas ligeramente inferiores, ya que emplea un índice distinto. El valor a las cinco de la tarde (siete horas menos en la España peninsular) era 406, frente a 457 según la legación americana.

Estados Unidos mide en la Embajada la densidad de partículas finas o PM2,5 —las que tienen 2,5 micras o menos de diámetro, 30 veces menos que el de un cabello— y con los datos elabora el índice de calidad del aire, que hace público en Internet cada hora. Las partículas PM2,5 son las más dañinas para la salud, ya que pueden penetrar fácilmente en los pulmones.

La televisión estatal CCTV ha mostrado vehículos circulando con las luces encendidas a mitad de la mañana en medio de la niebla tóxica, principalmente en la provincia central de Henan, que se ha visto muy afectada. Se prevé que la situación —agravada por las condiciones meteorológicas, como la falta de viento— continúe siendo grave hasta el jueves.

Se trata de la cuarta vez que una niebla espesa ocupa el norte de China este invierno, lo que, sumado a la fuerte contaminación habitual en Pekín, ha disparado los índices. La situación fue aún peor hace dos semanas, cuando la densidad de PM2,5 llegó a 993 microgramos por metro cúbico en algunas zonas de la ciudad, según la prensa estatal.

La alta contaminación atmosférica es corriente en Pekín (Beijing en, chino), lo que ha llevado a los extranjeros residentes en la capital a referirse a ella como Greyjing (grey en inglés significa gris o nublado, lo que en español equivaldría a Griskín).

La polución ha sido tradicionalmente un grave problema en la ciudad. La situación mejoró de cara a los Juegos Olímpicos de 2008, cuando fueron jubilados taxis y autobuses viejos, se sustituyeron miles de calderas de carbón por otras de gas y se restringió el número de coches en las calles. Pero la gran demanda de energía eléctrica necesaria para responder al rápido desarrollo económico del país —en su mayoría, generada a partir de la combustión de carbón—, y las emisiones del creciente parque automovilístico y de las fábricas han agostado los logros pasados.

La población china es cada vez más crítica con el problema, y esto se refleja claramente en los numerosos comentarios en las redes sociales. La prensa oficial se ha sumado al enojo y ha instado al nuevo alcalde de la capital, Wang Anshan, a que haga frente a la contaminación de forma prioritaria. Wang dijo, tras ser nombrado oficialmente este lunes, que “los problemas medioambientales actuales son preocupantes” y prometió nuevas medidas, como la imposición de cuotas de vehículos en las calles, con objeto de disminuir su número, el ahorro de energía y el uso de tecnologías limpias en los sistemas de calefacción de las viviendas.

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