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Los Scouts de América se dan más tiempo para debatir su política antigay

La junta directiva del grupo juvenil pospone la decisión hasta la celebración de su consejo nacional el próximo mes de mayo en Tejas

Carolina García
Jennifer Tyrrell entrega en Dallas los 1,4 millones de firmas en contra de la prohibición de los gais en los Boy Scouts de América.
Jennifer Tyrrell entrega en Dallas los 1,4 millones de firmas en contra de la prohibición de los gais en los Boy Scouts de América.TOM PENNINGTON (AFP)

Los Boy Scouts de América (BSA, por sus siglas en inglés) han decidido retrasar "hasta por lo menos el mes de mayo" la decisión sobre poner fin a su política antigay, tras una reunión de su junta directiva este miércoles en Dallas. "Redactaremos una resolución que podrán votar los 1.400 miembros durante el consejo nacional", ha informado su portavoz, Deron Smith en un comunicado. "Después de una cuidadosa consideración y un amplio diálogo dentro de la familia Scouting, junto con los comentarios ofrecidos por personas ajenas a la organización, los miembros de la Junta Ejecutiva Nacional de los BSA han llegado a la conclusión de que, debido a la complejidad de este problema, la organización necesita más tiempo para hacer un examen más exhaustivo de su política discriminatoria hacia los homosexuales", ha añadido Smith.

Si finalmente se aprueba la nueva norma en mayo, entrará en vigor está prevista para junio. Esta nueva ley propone que las unidades locales serán las que pongan sus propias normas y las que decidan los criterios para admitir a sus miembros. Una medida que da la oportunidad de elegir a cada miembro en qué tropa, la que mejor se adapte a sus necesidades, quieren permanecer. La decisión de los Scouts, de replantearse la discriminación a los gais en su organización, llegaba siete meses después de que reafirman la prohibición de los homosexuales en su grupo juvenil, tras dos años de investigación interna.

Retrasar la decisión es una falta clara de responsabilidad" Zach Wahls

Desde que la agrupación juvenil anunciara su intención de reconsiderar su política antigay el pasado 28 de enero, los argumentos a favor y en contra de esta medida han sido una constante en EE UU. Mientras que el pasado fin de semana, varios miembros de los BSA, más conservadores, se congregaban a las puertas de su cuartel general en Irving (Tejas) para defender la prohibición, grupos más progresistas, como Scouts por la Igualdad y otras organizaciones sociales proderechos de los homosexuales, han concedido entrevistas a distintas televisiones y radios y han hecho agresivas campañas en Internet con el objetivo "de que los BSA rectificaran".

Jennifer Tyrrell, una madre lesbiana de Ohio que ha denunciado en la página web change.org que "había sido expulsada de los Scouts por su condición sexual" y cuya petición ha obtenido más de 300.000 firmas, aseguraba horas antes de la decisión de retrasar la votación, "que no las tenía todas con ella". "Se supone que un Scout tiene que ser valiente y hoy, no lo han sido", ha dicho Tyrrell, quien se encontraba en Dallas desde el lunes para entregar las firmas de su petición en Change.org.

Se supone que un Scout tiene que ser valiente y hoy, no lo han sido"
Jennifer Tyrrell 

"Los Scouts han tenido la oportunidad de ayudar a muchos jóvenes y padres devotos, pero nos han fallado una vez más. Ningún padre debería mirar a su hijo a los ojos y explicarle que los Boy Scouts no lo quieren ", ha añadido Tyrrell. "No sé, creo en mi dios, pero no cuando hablamos de los BSA. Cuando se refiere a ellos tengo miedo. Existen miles de familias en los Scouts que están asustadas de que la organización descubra que son gais. Y parece, que habrá que esperar", ha asegurado.

"Es una polémica que ha enfrentado a los líderes y miembros religiosos de la organización, que son casi un millón de miembros, en contra de nosotros, los activistas que buscamos el fin de esta política discriminatoria", ha continuado Tyrrell. El 69% de las tropas en los BSA tienen algún tipo de relación con la Iglesia, "es cierto, pero nosotros somos más numerosos", ha aclarado esta mujer.

Muchos de estos grupos religiosos han asegurado no estar de acuerdo con el estilo de vida homosexual y han asegurado que si la política antigay cambia dejarán la organización. "Espero que el retraso no sea una cuestión de números, pero es algo que me temía. Es muy triste hablar de cifras cuando los más afectados son niños", ha finalizado Tyrrell.

"Retrasar la decisión es una falta clara de responsabilidad. Al posponerla, los BSA han cedido ante los que sostienen que la prohibición de los gais está acorde con los valores básicos de los Scouts como son la amabilidad, la cortesía y la valentía. Y no esto no es verdad, este grupo juvenil se construyó sobre la base del respeto y la dignidad y hoy, los BSA han agrietado esa consigna", ha explicado Zach Wahls, promotor de otra campaña en Internet para "parar la financiación económica de los Scouts, tras la publicación de los Archivos de Perversión el pasado mes de octubre, que narran uno de los episodios más negros de los Scouts en EE UU, ya que constan de miles de documentos que incluyen nombres de los supuestos pederastas que perpetraron abusos dentro de la organización. “Hablando como Eagle Scout, la discriminación va en contra de todo lo que se enseña en el movimiento Scout y no tiene lugar ni a nivel nacional, ni local", ha finalizado rotundo Wahls.

Fundados hace 103 años, los Scouts es la organización juvenil más numerosa de EE UU. Desde 1960, se mantiene estable en cuatro millones de miembros, 290 tropas locales y más de 116.000 grupos religiosos patrocinados. Su insignia es "promover un ambiente de diversidad e inclusión", una ideología que parece que va a tener que esperar unos meses más.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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