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El parásito de los dinosaurios pasa a ser una mosca acuática

Nuevos fósiles de los ricos yacimientos de China permiten ahondar en el conocimiento de los insectos del Jurásico

Fósiles de dos moscas del jurásico ('Strashilidae') apareándose: el macho arriba y la hembra abajo.
Fósiles de dos moscas del jurásico ('Strashilidae') apareándose: el macho arriba y la hembra abajo.D.HUAN

En el Jurásico no había solo dinosaurios, aunque estos dominantes animales sean el símbolo de aquella remota época, antes de su extinción, y los insectos, entonces y ahora, eran los animales más abundantes. Un insecto de hace unos 165 millones de años que traía de cabeza a los investigadores parece haber empezado a revelar sus secretos. Hasta ahora los datos sobre su anatomía permitían especular con el hecho de que fuera un parásito de los dinosaurios con plumas, hallados sobre todo en China y en Rusia. Nuevos y bien preservados fósiles de esta familia de insectos, los Strashilidae, encontrados en los riquísimos yacimientos chinos (en su mayor parte todavía por explorar) indican que es una mosca acuática o anfibia.

Ilustración de las moscas del Jurásico  'Strashilidae' en su entorno ecológico.
Ilustración de las moscas del Jurásico 'Strashilidae' en su entorno ecológico.D.HUAN

Dying Huan (Instituto de Nanjing de Geología y Paleontología) lidera el equipo de científicos de China, Estados Unidos y Francia que publican sus conclusiones en la revista Nature y proponen, además, una nueva especie. Creen que no se trata de una orden de insectos desaparecida, sino que pertenece a la de las moscas actuales. Los fósiles, entre ellos dos cópulas entre macho y hembra, son de tal calidad que permiten ver que tenían grandes alas membranosas y que presentaban un dimorfismo sexual llamativo. Por éstos y otros detalles los investigadores chinos se han convencido de que estas criaturas, de apenas un centímetro de longitud corporal, eran insectos alados muy especializados que perdían sus alas poco después de emerger de las larvas y que posteriormente se metían en el agua para aparearse.

Uno de los detalles de su anatomía, las patas en forma de pinza de las que se pensaba que servían para agarrarse a sus huéspedes, los dinosaurios, se ven ahora como la herramienta para coger a la hembra en el apareamiento, ya que solo se observan en los machos, que también retienen de adultos las branquias abdominales larvarias.

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