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La Fundación Botín impulsará tres proyectos de innovación tecnológica

La institución invertirá en iniciativas contra el cáncer, diseño de fármacos y tejidos inteligentes

La Fundación Botín ha anunciado que impulsará tres nuevos proyectos a través de su programa de inversión tecnológica Mind the Gap, que cuenta ya con otras tres empresas de base tecnológica. Las nuevas iniciativas que se sumarán a éstas son un test que permite saber si un cáncer de colon va a desarrollar metástasis; una herramienta informática que ayuda a diseñar fármacos sin necesidad de hacer ensayos reales; y un nuevo tejido que permite inmovilizar a víctimas de accidentes de tráfico. Dicha fundación, la primera en volumen de inversión privada, invertirá un máximo de 500.000 euros por cada proyecto durante dos años, además de ofrecer asesoramiento y coordinación para que estas iniciativas logren, a su vez, nuevos inversores, afirman.

"La inversión en ciencia genera un retorno y una riqueza. Se trata de buscar un beneficio en el ciudadano pero también ahorrar mucho dinero al sistema", ha dicho durante el acto Iñigo Sáez de Miera, director general de la Fundación Botín. "Estos proyectos pronto serán empresas o llegarán al mercado o atraerán inversión", ha añadido.

Los proyectos han sido seleccionados por un comité de expertos internacionales en el ámbito de la inversión en las industrias relacionadas con la biotecnología y biomedicina. Un total de nueve instituciones han colaborado con el programa de la Fundación, aunque su director general ha adelantado que en la siguiente convocatoria serán 23 y podrán presentar entre tres y cinco iniciativas.

Colostage es uno de los tres nuevos proyectos que va a impulsar esta fundación. Según explican, se trata de un test con el que se pueden identificar propiedades del tumor que confieren la capacidad de desarrollar metástasis en el cáncer colorrectal para asegurar qué pacientes tienen que recibir quimioterapia, a la vez que se evitan tratamientos innecesarios y se optimiza el uso de los recursos terapéuticos. Sus autores son los investigadores Eduard Batlle y Elena Sancho, del Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona).

El segundo proyecto es Nostrum Drug Discovery que se basa en una herramienta bioinformática que actúa como un simulador que ayuda a diseñar fármacos sin la necesidad de hacer ensayos reales. Esta aplicación podría permitir, según los cálculos de la Fundación, un ahorro de unos 40 millones de euros por cada nuevo fármaco; lo que supondría, dicen, hasta un 10% del coste total de desarrollo. Modesto Orozco, científico del IRB Barcelona, ha sido quien ha desarrollado el proyecto. "Parece mentira que la investigación sea concebida como un gasto y no una inversión", ha lamentado durante su intervención.

La última de las iniciativas es Varstiff: un tejido inteligente que se adapta a cualquier forma y que permite inmovilizar varias partes del cuerpo. Luis Ruiz, director General de Janus Developments, una de las entidades que está detrás de este proyecto, ha explicado que con este nuevo material, dirigido especialmente a los accidentes de tráfico, los bomberos "ya no tendrán que elegir entre sacar al accidentado paralítico o desangrado ya que con este tejido la columna vertebral no se ve afectada", dice.

La Fundación Botín afirma que ha invertido desde 2003 más de 36 millones de euros en ciencia. Esta entidad apoya a 23 científicos y 450 investigadores y subraya que en la actualidad de cada 10.000 investigaciones, solo 250 logran un desarrollo preclínico y de ellas, apenas cinco consiguen alcanzar la fase I de desarrollo además de que nada más que una llegará a ser un fármaco.

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