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Un hombre condenado por maltrato mata a su hija y se suicida

Los expertos creen que falta protección a los niños en los casos de violencia de género El machismo sega tres vidas en menos de una semana

La Guardia Civil en la vivienda de Campillos (Málaga), donde han sido hallados los cadáveres de una niña de seis años y su padre. Daniel Pérez (Efe)
La Guardia Civil en la vivienda de Campillos (Málaga), donde han sido hallados los cadáveres de una niña de seis años y su padre. Daniel Pérez (Efe)

Los crímenes machistas han convertido esta Semana Santa en un periodo especialmente crudo. Desde el pasado miércoles, tres mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en Oliva (Valencia), Palma y Lugo. A estas tres muertes se suma otro caso en el que la violencia de género ha segado la vida de una menor. En la madrugada del domingo, un hombre mató presuntamente a su hija de seis años y después se suicidó en Campillos (Málaga). El padre, de 32 años, había sido condenado en diciembre a seis meses de prisión por malos tratos a su expareja —madre de la niña— de la que estaba en proceso de separación y de quien tenía una orden de alejamiento. A pesar de ello, mantenía el régimen de visitas a la pequeña. Una vez más, los menores se convierten en víctimas directas del machismo, y son utilizados, como apuntan los expertos, como instrumentos de venganza.

La niña de seis años fallecida había viajado desde Mataró (Barcelona), donde vivía con su madre, a Campillos para pasar la Semana Santa con su padre, Diego G. P —que no llegó a entrar en prisión para cumplir condena porque no tenía antecedentes—. Ayer, debía volver a casa para incorporarse al colegio, pero cuando su tío fue a recogerla para llevarla a la estación del Ave encontró al padre ahorcado y el cuerpo de la niña sobre la cama. La menor había sido asfixiada, según la investigación policial.

Los jueces pueden decidir quitar la custodia o visitas a un imputado por malos tratos

El caso de la pequeña de Málaga no es único: Ruth y José, cuyo padre, José Bretón, está imputado por asesinato, o el niño de nueve años al que su progenitor asfixió en Gran Canaria en 2012 son ejemplos de lo que los expertos denominan violencia de género extendida. “La que trata de dañar a la mujer a través de familiares, nuevas parejas o sus hijos, quienes más la sufren”, define Miguel Lorente, forense y experto en este tipo de delitos. “Haciendo daño a los hijos, llegando a matarles incluso, buscan causar a la mujer el sufrimiento más intenso que se puede provocar a alguien: quitarle lo más querido”, añade.

La Ley Integral contra la Violencia de Género y el Código Civil permiten a los jueces retirar a los padres la custodia de los hijos para preservar el interés del menor. Sin embargo, como apunta la presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Ángela Cerrillos, esa opción, que queda a la discrecionalidad de los jueces, se aplica en contadas ocasiones. “No se hace apenas con la custodia. Y menos con el derecho de visitas”, indica. Para Cerrillos, los jueces suelen “minimizar las conductas violentas del padre agresor” y tratan a los menores solo como víctimas indirectas. Entre 2005 y 2010, los tribunales retiraron en 11.000 ocasiones la guardia y custodia de los hijos a padres condenados por malos tratos, según el balance del Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del CGPJ.

En noviembre de 2010, el Gobierno socialista trató de reformar el Código Civil para que la retirada de la custodia fuera automática para los imputados por malos tratos, pero la modificación, largamente exigida por los expertos y las asociaciones de mujeres, finalmente no vio la luz.

Igualdad contabiliza desde este año los niños víctimas y también los húerfanos

“Es necesario proteger a los menores y la mejor manera es aplicar para ellos los mismos sistemas de protección que a sus madres”, pide Cerrillos. Mientras, desde el Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad insisten en que trabajan —junto a Justicia— para reforzar los protocolos para agilizar la retirada de la custodia en los casos de malos tratos. Este año, por primera vez, además, los registros de víctimas de la violencia machista incluyen también a los menores fallecidos —como la pequeña de Málaga, de confirmarse el caso— y de aquellos que han quedado huérfanos por esta causa.

Para Purificación Causapié, secretaria de Igualdad del PSOE, no es suficiente. Su partido presentará esta semana una Proposición de Ley que impida de manera concreta que se produzcan situaciones como la de Campillos. “La ley tiene instrumentos para ello y hay que usarlos”, exige también la diputada socialista Ángeles Álvarez.

Con las tres últimas víctimas mortales, ya son 12 las mujeres que han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en 2013, una más que en el mismo periodo del año anterior. Ninguna de las tres mujeres había denunciado a su maltratador, patrón que se repite en la mayoría de los casos: solo dos de las 12 fallecidas había iniciado alguna causa por violencia de género. Un dato que preocupa a los expertos. Causapié incide en que los recortes en la protección social a las víctimas —casas de acogida, centros de asesoramiento— pueden estar “desincentivando” que las mujeres busquen salir de la situación de violencia.

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