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“La moda es una maravillosa forma de decir mentiras”

El sombrerero inglés viste las cabezas más famosas del mundo como Madonna o Carla Bruni

Jones: “Hay una edad española en la vida de todo creador”.
Jones: “Hay una edad española en la vida de todo creador”.Carlos Rosillo

Stephen Jones (Cheshire, Inglaterra, 1957) ha dedicado su vida a plantar sueños en las cabezas de la gente. Literalmente. Físicamente. Estéticamente. Desde hace 40 años este hombre —que asegura que la moda es “una forma maravillosa de decir mentiras”, aunque su indumentaria delate inconfundiblemente su origen inglés—, se dedica a contar historias, fantasías propias y ajenas, les da forma de sombrero y las coloca en lo alto de las cabezas de Madonna, Carla Bruni, George Michael, Björk, de las modelos vestidas por John Galliano para Dior, de otras con los trajes más punkis de la diseñadora británica Vivienne Westwood, o de la mismísima princesa de Gales.

Jones, junto a las 20 personas que crean junto a él sus diseños —una paleta de pintor o una elegante chistera—, ha convertido sus tocados, boinas, pamelas… en signos de exclamación que proclaman que lo que se tiene en la cabeza es importante: “Es la expresión de la ficción que nos hemos contado o nos queremos contar de nosotros mismos”. Ni más ni menos.

Y un próspero negocio de complementos que dan pie a muestras antológicas en museos y que no bajan de los 500 euros. “Sí, más euros y más Europa”, bromea desmarcándose de la corriente antieuropea que recorre su país.

Él vive literalmente con el mundo por montera. Ha estado “unas 10 veces” en España. “Hay una edad española en la vida de todo creador”, asegura. “España es exótica, pero comprensible; significa pasión, aventura, calor...”. Ayer aterrizó en Madrid por primera vez para ejercer de embajador en Head Over Heels, un espacio temporal en los centros comerciales Las Rozas Village (Madrid) y La Roca Village (Barcelona) que apoya a los artesanos españoles. El sábado estará en Lyon, el domingo en París y el miércoles en Tokio, donde arranca su último proyecto: “Es un trabajo con estudiantes, se trata de que aprendan a darle forma a sus emociones y a sus pensamientos”.

Jones ha convertido el arte de cubrir cabezas en una especie de terapia, tanto para el que fabrica los sombreros como para el que los lleva. “Si no te atreves a ponértelos porque llamas la atención, empieza por hacerlo en casa, fregando. Llevar la cabeza decorada implica tener confianza en uno mismo, sentirse a gusto siendo uno, quien se quiera ser”.

Con un rostro tan resplandeciente y simpático como su calva cuando se quita el sombrero, y degustando con clase unas croquetas con los dedos, cuenta una historia tras otra... Nació con tres dedos de la mano derecha pegados. Los separaron con una cirugía infantil y, a los pocos años, usaba superglue para pegar unas flores de plástico que le habían regalado a su madre a una caja de pastillas de su hermana. Fue su primer sombrero, el que llevó a la clase de su profesora Shirley Hex en el Central Saint Martins College of Arts and Design de Londres: “Es supercontemporáneo, dijo ella”. Fue el principio de una carrera de éxito, que continuó cubriendo las cabezas de otros asiduos al club Blitz, como Spandau Ballet o Duran Duran, y llegando a Francia de la mano de Jean Paul Gaultier. Décadas después sería Carla Bruni, ya primera dama de Francia, la que llevaría un sombrero de Stephen Jones modelo “caja de píldoras” a su primera recepción con la reina Isabel II. Chapó.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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