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Coto a los coches más ‘sucios’

El Gobierno aprueba el plan nacional de calidad del aire que aconseja penalizar fiscalmente a los vehículos más contaminantes e impedir su entrada a las ciudades

Elena G. Sevillano

España, como otros países miembros, incumple la legislación de la Unión Europea sobre calidad del aire. Hay tres contaminantes —el ozono troposférico, las partículas y el dióxido de nitrógeno— que superan con cierta frecuencia los límites saludables. Y los tres proceden, directa o indirectamente, de los tubos de escape de los vehículos que abarrotan las grandes aglomeraciones urbanas. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente reconoce el problema en el plan nacional de calidad del aire —llamado Plan AIRE— que el Consejo de Ministros aprobó ayer: “Aún existen niveles de contaminación preocupantes para la salud humana y el medio ambiente”.

La normativa europea, con su perenne amenaza de sanciones por incumplimientos, obliga a España a ponerse las pilas. El plan, aseguró ayer el Gobierno, incluye 78 medidas que tienen el objetivo de “reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en las ciudades”. En algunas de ellas, como la creación de zonas de bajas emisiones, el retraso es notable. Berlín creó la primera de estas áreas, por las que solo se puede circular si el vehículo cumple unas determinadas características de emisiones (los coches más sucios tienen vetada la entrada), en 2008. Ahora ya hay unas 200 de estas zonas en 13 países europeos.

España también tendrá las suyas, según el plan. Pero será en 2015. Antes habrá que diseñar un sistema para identificar —se hace con pegatinas de colores— a todos los vehículos en función de su potencial contaminador. El borrador del plan que salió a información pública en febrero pasado ya incluía una clasificación en seis categorías. La versión aprobada ayer no la recoge. Donde decía “se regulará la identificación...”, se lee ahora “se plantea la creación de un grupo de trabajo para establecer una clasificación...”. Para Xavier Querol, investigador del CSIC que participó en la elaboración del plan, “se ha perdido una oportunidad puesto que ese trabajo ya estaba hecho; ahora hay que empezar otra vez de cero”.

 Guillermina Yanguas, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental y Medio Natural, explicó ayer que el cambio responde a una petición de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que pidió una clasificación “más exhaustiva” que distinguiera, por ejemplo, entre vehículos comerciales y particulares. Sobre la tardanza de España en adoptar el sistema de las zonas de libres emisiones, respondió que el Ministerio “no tiene competencias para establecerlas ni para obligar” a las Administraciones competentes a hacerlo. “Lo bueno de este plan, que lo diferencia del anterior, es que está consensuado”, afirmó.

Entre las principales novedades del plan de calidad del aire, con vigencia hasta 2016, está la reforma del impuesto de circulación, con el que el Gobierno pretende penalizar a los propietarios de los vehículos que más contaminen. Actualmente, el impuesto, que se paga cada año y recaudan los Consistorios, grava en función de la potencia fiscal de los motores. Ahora se van a incluir “criterios ambientales” bajo la filosofía de: “quien contamina, paga”.

En realidad, el plan recomienda, pero no obliga. Como en el caso de la clasificación de vehículos según lo que contaminan, también en este punto la redacción se ha descafeinado con respecto al borrador hecho público en febrero. La medida 12.I ya no propone “la modificación del impuesto de circulación”, sino “la evaluación de la inclusión de criterios de calidad del aire en el impuesto”. En cualquier caso, el plan prevé que el cambio esté listo el año que viene.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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