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Baleares sustituye la inmersión en catalán por el trilingüismo en las escuelas

Catalán, castellano e inglés tendrán la misma presencia en las aulas públicas y concertadas

El decreto del tratamiento integral de lenguas (TIL) que aprobó este viernes el Gobierno de Baleares, del PP, supone en la práctica la liquidación del actual sistema que favorece la inmersión lingüística que funciona desde los años 80 en la enseñanza pública y concertada no universitaria. Catalán y castellano tendrán el mismo peso en las aulas para el aprendizaje de todas las materias y, en especial, se incorpora el inglés desde los tres años. Los tres idiomas tendrán una presencia del 30% y el 10% restante lo distribuirán los centros.

El catalán dejará de ser la habitual lengua vehicular o de uso predominante en las aulas y en la comunicación con los padres. Se persigue el equilibro en la enseñanza de las dos lenguas oficiales, sin preferencia ni detrimento de ninguna de ellas, asegura el Gobierno.

Los sindicatos del ámbito de la Educación rechazan la imposición de esa política y anuncian movimientos y encierros de protesta. Los partidos de izquierdas y nacionalistas, PSOE y Més, aseguran que el PP tan solo genera problemas sociales al obrar por razones ideológicas y políticas.

Unos 3.000 profesionales se han posicionado contra la reforma. El sindicato Stei opina que se fractura "la cohesión social óptima en una tierra donde conviven dos lenguas, una que goza del estatus de lengua propia del territorio y de la comunidad autónoma y la otra que es la lengua oficial en todo el Estado".

“Tenemos dos lenguas oficiales y somos una Comunidad bilingüe, no puede ser que una de las dos lenguas tenga tratamiento de lengua extranjera”, explicó el consejero de Educación, Rafael Bosch. El ejecutivo del presidente José Ramón Bauzá, desde su victoria de 2011, aplica un cambio de rumbo total a la tradicional política de normalización y uso del catalán en la administración y en las escuelas.

En los centros educativos queda derogada la normativa desarrollada por anteriores Gobiernos del PP, en general por consenso con el resto de fuerzas, desde la aprobación de la ley de Normalización del catalán de 1986. El PP asegura que actúa con el respaldo de la mayoría social que refrendó su programa electoral y resalta que desarrolla la reforma en aras a la libertad de elección de lengua y contra las imposiciones.

Las materias no lingüísticas se deberán impartir en castellano, en catalán o en inglés. En primaria, los centros elegirán en qué idioma explican cada una de las áreas de ciencias o artísticas. Para extender el uso del inglés se crearán cien plazas nuevas de profesores y ya acuden a cursos de reciclaje 1.300 enseñantes.

Baleares, tras la victoria del PP de 2011, se eliminó la obligatoriedad de conocer el catalán para los nuevos funcionarios y se abrió la vía para los padres puedan ejercer la libre elección de la lengua de la primera enseñanza. Además se redujo al mínimo las subvenciones a los centros culturales normalizadores y desmontaron los equipos institucionales de normalización del catalán. En la televisión balear IB3 las películas ya no se emiten dobladas al catalán y se cerró la Radio Televisión de Mallorca que emitían en el idioma propio.

La reforma global tiene una componente polémica que se expresa en las protestas reiteradas y en los debates parlamentarios. Diputados baleares del PP han aludido repetidamente a que el Gobierno obra contra supuestas imposiciones “catalanistas” y el pretendido adoctrinamiento en las aulas por parte de profesores afines al nacionalismo y militantes en la oposición. Así la consejería de Educación ha creado nuevas normas para evitar que se puedan exhibir símbolos en las aulas y con el fin de remarcar –y delimitar- la autoridad de los educadores.

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