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La madre de una muerta por violencia de género comparte las deudas del asesino

La mujer aceptó la herencia de su hija sin saber que estaba llena de cargas

Ginés Donaire

Juana Vacas, una mujer de 74 años, enterró hace dos a su hija Purificación, muerta a manos de su exmarido, y aceptó su herencia sin saber que lo que recibía eran deudas. Ahora se encuentra al borde del desahucio de su humilde vivienda en Torredelcampo (Jaén) porque el banco le reclama impagos por valor de 18.000 euros de un garaje que adquirió la pareja antes de separarse. El asesino de su hija, que ayer se sentó en el banquillo por el crimen de género, tendrá que pagar la otra mitad. No es la única deuda que afrontaba esta mujer. Banesto también le amenazó con una ejecución hipotecaria porque su hija y el agresor debían la hipoteca de su casa. Se le reclamaba el 50% de la deuda de su hija (en torno a 60.000 euros), toda vez que aún no se había rescindido el régimen de gananciales de cuando estuvo casada. Con el apoyo de varias asociaciones de mujeres y de la plataforma Stop Desahucios, ha ganado esta batalla al banco, que renuncia a la ejecución hipotecaria contra esta anciana.

Tras la muerte de su hija, que tenía una discapacidad psíquica del 46%, la anciana, viuda, que con anterioridad perdió a otros dos hijos, acudió a la notaría para que gestionaran la declaración de bienes de su hija, degollada por su exmarido. Y allí, según explicó, le aconsejaron que lo mejor era que heredara a su hija, pero sin advertirle de las deudas y cargas que tenía el matrimonio. Es decir, Juana se convirtió, sin saberlo, en heredera de su hija a beneficio de inventario, como marca la legislación cuando no se expresa otra voluntad. “No me informaron adecuadamente, pues me instaron a declararme heredera sin advertirme de las cargas. Yo desconocía cualquier deuda porque nunca les había firmado nada”, subrayó la mujer, que acusa al notario de mala praxis profesional.

Juana tiene aún otros frentes abiertos. Uno de ellos, un juicio en el que se dirimirá la nulidad de la herencia, tras la demanda presentada contra el notario que la asesoró. Desde la Asociación Themis de Mujeres Juristas, su presidenta, Ángela Cerrillos, considera “patético” que el notario no informara adecuadamente a Juana, por lo que apunta a una posible negligencia profesional. Ahora bien, advierte de que la demanda contra el notario no la exonera del cumplimiento de sus obligaciones con los acreedores de su hija. “Sin duda, es un cúmulo de desgracias”, apunta Cerrillos.

“Mi madre no puede hacer frente a esas deudas, solo tiene una pensión de 600 euros mensuales y su única propiedad es su casa”, indicó Encarnación Armenteros Vacas, hija de Juana.

Juana y su hija Encarnación declararon ayer como testigos en el juicio por la muerte de Purificación, en 2011. La fiscal explicó que el acusado, Fermín Jiménez Martos, acabó la vida de Purificación “con violencia extrema y ensañamiento”. La golpeó con una banqueta y después con un martillo, le cortó el cuello con un cuchillo y, finalmente, tras comprobar que aún seguía con vida, la asfixió con un cable. La Fiscalía pide para él 25 años de cárcel.

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