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Investigadores mexicanos desarrollan un anticonceptivo masculino

Los científicos buscan una molécula para que el contraceptivo sea reversible, sin hormonas y sin efectos secundarios

Sonia Corona
Microfotografía de un espermatozoide humano intentando fecundar un óvulo.
Microfotografía de un espermatozoide humano intentando fecundar un óvulo.

Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) están desarrollando un anticonceptivo para hombres, alejado del manejo de hormonas y el efecto que su manipulación producen. Los científicos han identificado las condiciones para generar un fármaco que sea contraceptivo reversible, sin el uso de hormonas y sin provocar efectos secundarios en los pacientes.

Los expertos del Instituto de Biotecnología de la UNAM han estudiado la composición de los espermatozoides y han detectado que dentro de él existen canales iónicos (proteínas en las células que permiten el paso de sustancias) que ayudan a que el calcio y potasio estén dentro del espermatozoide. “Estos canales le ayudan al espermatozoide a nadar, sin estos canales no se puede mover de manera correcta, entonces si nosotros los podemos bloquear de forma específica inhibiríamos su función”, explica Claudia Treviño, investigadora del Instituto de Biotecnología a este diario.

La existencia de estos canales, indica la investigadora, es exclusiva en los espermatozoides por lo que la creación de un fármaco que bloquee únicamente estas proteínas, no generaría efectos secundarios en otras células del cuerpo como en las de las neuronas, el riñón o el hígado. “Al no estar en otros tipos celulares hay menos riesgo de que haya efectos secundarios”, señala Treviño. Además, el hecho de que el cuerpo masculino produce espermatozoides nuevos todos los días, significa que cuando el paciente deje de consumir el anticonceptivo sus nuevas células volverán a tener movilidad y será fértil nuevamente.

A partir de esta investigación, los científicos mexicanos han comenzado la búsqueda de algún tipo de molécula que bloquee los canales iónicos y permita la infertilidad masculina temporal. Treviño ha indicado que durante el verano un grupo de investigadores realizará pruebas con sustancias de algunas farmacotecas y venenos de origen animal. Para acelerar este trabajo y analizar miles de muestras al día, la UNAM se ha asociado con el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), el Gobierno del Distrito Federal y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Aún cuando los científicos encuentren pronto la forma de bloquear los canales del espermatozoide, explica Treviño, el proceso para llevarlo hasta las farmacias podría tomar un tiempo, ya que los investigadores deben verificar que el elemento de bloqueo no sea tóxico, que exista un proceso de experimentación en células humanas en cultivo y que finalmente se pruebe en humanos.

La búsqueda de un anticonceptivo masculino se ha hecho durante varios años en diferentes países y el estudio de los espermatozoides ha acercado a los investigadores a la creación de un fármaco. Sin embargo, los investigadores de la UNAM han señalado que sus experimentos también tienen una perspectiva social que es la búsqueda de alternativas en el control natal, así como plantear una responsabilidad compartida para hombres y mujeres sobre la reproducción. “Es asombroso que hasta ahora la sociedad haya favorecido que los efectos secundarios y la responsabilidad del control de la natalidad recaigan sólo en la mujer, un claro signo de discriminación de género”, ha expresado Alberto Darszon Israel, líder del estudio.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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