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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Es imprescindible establecer numerus clausus en Odontología

Nos encontramos con un panorama preocupante en el que una profesión antes atractiva ofrece ahora pocas expectativas

Los datos son contundentes. Si tomamos como referencia el reciente estudio que ha llevado a cabo el Colegio de Odontólogos de Madrid (COEM) entre sus colegiados, podemos ver que actualmente la tasa de paro llega al 22% para los odontólogos recién licenciados, en una profesión en la que tradicionalmente apenas ha existido desempleo. Si a ese nivel de paro le sumamos el porcentaje de recién licenciados que se ve obligado a dedicarse a otras actividades ajenas a la profesión, que, por ejemplo, entre los años 2010 y 2012 ha sido del 10%, nos encontramos con un panorama preocupante en el que una profesión antes atractiva ofrece ahora pocas o nulas expectativas.

Esto se debe, sin lugar a dudas, a la crisis que atravesamos y que ha originado una situación laboral crítica en muchos sectores, y de la que la odontología tampoco ha salido indemne. Pero también es debido al constante crecimiento del número de estudiantes de odontología, muy superior a los cupos establecidos en función de la demanda asistencial de la población. España está muy por encima de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a dentistas por número de habitantes, -que se sitúa en un dentista por cada 2.500-3.000 habitantes-, y el caso de Madrid es aún más grave, ya que cuenta con un dentista por cada 930 habitantes, lo que triplica esa recomendación.

El hecho de contar con un excesivo número de profesionales odontólogos, que en un primer momento podría interpretarse como un indicador de desarrollo, en la práctica se traduce en un perjuicio para el profesional y para el paciente.

Un dato relevante es el aumento de profesionales en situación irregular, algo impensable en nuestro sector hace unos años, y también de los asalariados, en perjuicio de la figura del profesional autónomo, que es la situación en la que se encontraba el 78’6% de los encuestados licenciados antes de 2006.

En este contexto, los estudiantes de odontología siguen aumentando, las clínicas siguen cerrando y las condiciones laborales siguen empeorando. Nos encontramos, por consiguiente, ante un panorama desalentador que hace cada vez más urgente establecer y respetar unos numerus clausus para las universidades, una fórmula que sí se está llevando a cabo en Medicina y en otros muchos países de Europa. La formación de un estudiante de Odontología en una universidad pública nos supone a todos los españoles más de 60.000€ por alumno, que, cuando termina sus licenciatura está destinado a engrosar la lista de parados de este país.

Desde el Coem queremos denunciar una situación que ha hecho que una profesión tradicionalmente atractiva con posibilidades de futuro y proyección, se haya convertido en un sector en el que es prácticamente imposible abrirse camino, lo que implica que nuestros profesionales se ven obligados a buscar trabajo fuera de nuestras fronteras o a dedicarse a actividades que no tienen nada que ver con la Odontología. Esto hace que esté en riesgo el respeto y el prestigio del que goza la profesión y los dentistas españoles. España se encuentra, sin duda, entre los cinco países con mejores profesionales del mundo, pero el hecho de que, tras una exigente y meritoria formación, los dentistas españoles no puedan desarrollarse profesionalmente, lleva a una situación de frustración y desánimo.

Mientras tanto, el principal afectado resulta ser el paciente, ya que la precariedad laboral se termina instalando en forma de contratos basura o en la proliferación de clínicas dentales franquiciadas o macroclínicas basadas en los bajos precios y en el sobretratamiento, donde la calidad asistencial y la atención al paciente pasan a un segundo plano. Todo esto suscita en la profesión, en el paciente y en la sociedad una gran preocupación.

Por todo ello, propugnamos por instaurar los numerus clausus, que ayudarían en primera instancia a reducir el número de estudiantes en odontología y así equilibrar la necesidad con la demanda asistencial de los ciudadanos. Los cambios del futuro requieren de la toma de decisiones en el presente. Y, aunque ya llevamos mucho retraso, el futuro de la odontología seguirá siendo incierto mientras no se instauren y se respeten esos numerus clausus.

Ramón Soto Yarritu es presidente del Colegio de Odontólogos de Madrid

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