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El vómito se limpia al día siguiente

Los profesionales denuncian problemas de higiene en los centros de salud madrileños tras el recorte del 30% en el presupuesto para limpieza

El recorte de más del 30% en la cantidad que destina la Comunidad de Madrid a la limpieza en los casi 300 centros de salud (atención primaria) de la región ha empezado a notarse en muchos ambulatorios, cuyos profesionales llevan semanas denunciando problemas de higiene y acumulación de residuos en las papeleras de las consultas y las salas de curas. Los trabajadores sanitarios alertan de que hay turnos enteros sin personal de limpieza, con lo que los restos de incidentes habituales como un vómito o una cura que obliga a limpiar sangre no se eliminan hasta pasadas varias horas. En algunos casos, los horarios de limpieza presencial se han reducido un tercio; en otros, a la mitad.

“El sábado pasado tuve que poner suero y se salió y cayó al suelo. Era suero glucosado; se te pegan los zapatos y no puedes dejarlo así el resto del turno, con los demás pacientes pisándolo. Lo tuve que limpiar yo”, explica Ana Aranguren, enfermera del Servicio de Atención Rural (SAR) de Perales de Tajuña que atiende a los habitantes de cinco pueblos de la zona cuando el centro de salud está cerrado. El horario del personal de limpieza se ha reducido a la mitad, según sus cálculos.

La Comunidad de Madrid adjudicó en febrero pasado la limpieza de los 293 centros de salud de la región a una única empresa, Ferroser (filial de Ferrovial), con el objetivo de ahorrar casi 18 millones en tres años —el contrato es de 35,5 millones—. Anteriormente eran varias las empresas que se encargaban de esta tarea. La nueva contrata asumió la limpieza el 15 de abril, y el 20 de mayo inició un ERE temporal que ha incluido prejubilaciones y reducción de jornada de los trabajadores, según explica Carmen Yela, responsable de salud laboral de CCOO en Madrid.

Antes del recorte era habitual que hubiera dos turnos de limpieza: de mañana y tarde. En algunos centros de salud se ha suprimido el de tarde. “El 23 de mayo un paciente vomitó por la tarde en la sala de curas. No había personal de limpieza, así que hubo que cerrar la sala y trasladar la actividad a otra”, explica Alfonso López, médico del centro de salud Benita de Ávila (Madrid). “Llamamos al teléfono que dio la dirección para casos de emergencia, pero no vino nadie”, añade. El vómito no se limpió hasta el día siguiente. “La semana pasada volvió a ocurrir con un niño en la consulta de pediatría”, explica López, que es delegado del sindicato de médicos Amyts. Su organización ha denunciado los “graves problemas de salud pública” que supone el recorte en la limpieza.

“Durante las primeras semanas se han producido algunos desajustes en el servicio, que están siendo subsanados”, asegura la Comunidad de Madrid. También Ferroser habla de “desajustes e incidencias” durante el “proceso de transición” en los que se está “trabajando”.

El centro de salud de El Pardo (Madrid) pasó de tener dos horas por la mañana y tres por la tarde de limpieza —para cubrir las consultas de pediatría— a solo 1,5 por la mañana. “Ha habido múltiples protestas por plaga de cucarachas y suciedad”, relata un médico. “En los centros de salud se hacen curas, se saca sangre; hay un riesgo biológico evidente”, señala Yela, que ha presentado denuncia en la Inspección de Trabajo.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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