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Encontrado ADN de más de 3.500 especies en el lago submarino Vostok

El material genético apunta a la presencia de bacterias y algunos organismos pluricelulares Los autores no descartan que parte del resultado no se deba a una contaminación

Investigadores rusos tras perforar hasta el lago subglacial Vostok en mayo de 2012.
Investigadores rusos tras perforar hasta el lago subglacial Vostok en mayo de 2012.ap

El estudio del lago Vostok, sepultado bajo casi cuatro kilómetros de hielo en la Antártida, ha arrojado una posible riqueza insospechada: más de 3.500 secuencias de ADN que se pueden asociar a especies conocidas. El lago fue abierto hace año y medio por investigadores rusos. Eso no implica que se hayan encontrado las bacterias, plantas o animales, sino que estos han dejado un rastro en un lugar que, por llevar miles de año bajo una capa de hielo, era candidato a ser casi un desierto vital.

En concreto, en un artículo publicado en PLOS y codirigido por Yuri M. Shtarkman y Zeynep A. Koçer, del Departmento de Ciencias biológicas de la Bowling Green State University (Ohio), se han identificado hasta 3.507 “secuencias genéticas únicas”. Esto podría ser una especie de huella dactilar de la presencia de formas de vida. Un 94% corresponde a bacterias (la mayoría, propia de condiciones extremas), y el otro 6% a eucariotas (las células de los organismos más evolucionados). Entre ellas, algunas que corresponden con lo que en el mundo conocido hasta ahora corresponde con parásitos de arañas, langostas (los crustáceos) y salmones, lo que abre la sugerente posibilidad de que haya o hubiera habido algún animal de este tipo en el lago. Entre las especies pluricelulares, describen ADN de rotíferos (animales microscópicos), moluscos o anémonas.

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Sin embargo, los propios autores admiten que es posible que alguno de estos hallazgos no lo sean de verdad, sino que se deban a contaminaciones durante la extracción o en el laboratorio. Esto se debe al proceso de multiplicación para agrandar artificialmente la muestra hasta que permite identificarse. Luego, la secuencia obtenida se compara con las conocidas. Cuando la coincidencia es superior al 90%, se asume que se trata de la misma especie. Si es inferior, se piensa que se trata de una nueva.

De hecho, en marzo se comunicó justo lo contrario: una posible bacteria que no se corresponde con ninguna de las catalogadas. Se piensa que podría ser una especie endémica del lago.

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