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Activistas de Greenpeace entran en una planta nuclear francesa y piden su cierre

La organización denuncia el mal estado de las instalaciones de la central y su peligrosidad

Gendarmes franceses arrestan activistas de Greenpeace en la planta nuclear de Tricastin.
Gendarmes franceses arrestan activistas de Greenpeace en la planta nuclear de Tricastin.P. DESMAZES (AFP)

Una treintena de activistas de Greenpeace han ocupado la central nuclear de Tricastin, en el sur de Francia, para exigir su cierre al presidente galo François Hollande. Los militantes se han subido a las infraestructuras que rodean los reactores la madrugada de este lunes, y han desplegado dos pancartas, una con un dibujo del perfil de Hollande bajo el lema ¿Presidente de la catástrofe?, y la otra con la frase Tricastin: accidente nuclear. En un comunicado, Greenpeace ha explicado que sus activistas no se irán hasta que el presidente no les ofrezca “garantías sobre el cierre de esta central”, que se encuentra en el valle del Ródano a una treintena de kilómetros al norte de Aviñón, y que consta de cuatro reactores y lleva 33 años en funcionamiento.

El portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, ha informado que antes de las 11.00 ya habían sido detenidos más de una veintena de miembros de Greenpeace, entre ellos también activistas de nacionalidad italiana, rumana y española. Brandet, en declaraciones a la emisora de radio France Info, ha explicado que el resto de los militantes que aún permanecen en el complejo están bajo control. La Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN) ha asegurado al mismo medio de que no hay peligro porque los ocupantes no han alcanzado “el edificio del reactor”.

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Hollande se ha comprometido a reducir el peso relativo de la electricidad de origen atómico al 50% en 2020 (ahora ronda el 75-80 %), lo cual, según la organización, le obligaría a cerrar al menos 20 reactores. El responsable de las campañas antinucleares de Greenpeace, Yannick Rousselet, ha informado que la planta de Tricastin "es una de las centrales que presenta prioridad" para ser clausurada por su edad, los problemas detectados - como fisuras -, y su ubicación en una zona muy poblada. Hollande ya se ha comprometido a cerrar la central más antigua del país, Fessenheim, cerca de la frontera con Alemania, en 2017. La responsable de acciones de Greenpeace, Sophia Majnoni, ha explicado que "cerrar únicamente Fessenheim es una maniobra política" que "no permite alcanzar el objetivo presidencial" e ignora que "otras centrales son igualmente peligrosas".

Tricastin es la tercera planta más antigua de Francia. Según Greenpeace, también es 'una de las que registran un mayor riesgo para la seguridad'. "Al igual que Fessenheim, está expuesta al riesgo de posibles inundaciones y seísmos" y supone "un importante riesgo industrial --explosiones, nubes tóxicas-- porque se encuentra situada en uno de los mayores complejos nucleares y químicos de Francia".

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