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Londres pone bajo estrecha vigilancia a 11 hospitales públicos

Los centros inspeccionados son los que tienen los peores ratios de mortalidad del país

El ministro británico de Salud, Jeremy Hunt, ha anunciado este martes en los Comunes que 11 hospitales públicos serán sometidos a estrecha vigilancia externa debido a la mala calidad de su atención al público. Otros tres han de mejorar también sus prácticas actuales y, al igual que los otros once, serán sometidos de nuevo a una nueva inspección.

Los 14 hospitales inspeccionados son los que tienen los peores ratios de mortalidad del país. Las investigaciones son consecuencia del escándalo de hace unos meses en el Stafford Hospital, aunque las inspecciones de estos centros no han detectado problemas de la magnitud que se descubrieron en Stafford. Aquel escándalo puso de relieve que el hospital dio prioridad a sus intereses corporativos en perjuicio del interés de los pacientes, lo que desató la alarma de que estuviera ocurriendo lo mismo en otros hospitales públicos. El Gobierno decidió entonces investigar de cerca estos 14 hospitales debido a sus altos índices de mortalidad tanto en el propio centro como entre pacientes que habían sido dados de alta en los 30 días anteriores a la fecha de su fallecimiento.

Las inspecciones se han llevado a cabo con visitas de dos días a los hospitales y mediante entrevistas con pacientes y empleados de estos centros sanitarios.

Entre los problemas detectados ahora en estos 14 hospitales el ministro de Sanidad ha citado los siguientes: pacientes abandonados en las camillas y sin control durante periodos de tiempo excesivo y luego tratados de forma condescendiente por los médicos; mantenimiento de baja calidad en los quirófanos con el potencial de poner a los pacientes en peligro; pacientes trasladados a menudo de sala son que les explicara por qué; empleados con turnos de 12 días consecutivos sin descansar; trabajo atrasado para responder a las quejas; un paciente expuesto de forma inapropiada ante pacientes de ambos sexos; bajos niveles de cobertura clínica, especialmente fuera de horas de oficina; el consejo de dirección no informado de ciertos problemas potenciales, incluida una avalancha de nacimientos.

Si futuras inspecciones no detectan una mejoría, el Gobierno podría imponer sanciones, cerrar determinadas unidades dentro de cada hospital, retirarles el permiso para determinadas prácticas o incluso el cierre del centro.

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