_
_
_
_
_

Martínez Camino: “Los católicos estamos siempre con el Papa, sea quien sea”

El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, jesuita como Francisco, se despide del cargo con titubeos para alabar al Pontífice

El portavoz de la Conferencia Episcopal española, Martínez Camino.Foto: atlas | Vídeo: Atlas / EFE

A los obispos españoles les cuesta opinar sobre el papa Francisco y, cuando lo hacen, despachan el compromiso con retruécanos que hacen difícil resumir si son favorables o recelosos. Ocurrió este mediodía en la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cuando su portavoz, secretario general y prelado auxiliar del cardenal Antonio María Rouco en el arzobispado de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, fue preguntado por las recientes y muy jaleadas declaraciones del pontífice romano a dos medios de comunicación italianos. Dijo, con titubeos: “¿Qué quiere que le diga? Los papas del siglo XX y del siglo XXI han sido grandísimas personalidades. Los católicos estamos siempre con el Papa, sea quien sea, no porque sea este o aquel, sino porque es el sucesor de Pedro, el vicario de Cristo y la cabeza del Colegio Episcopal. A veces es muy fácil, y otras menos. Al Papa no se le enjuicia, sino que se reza con él. Con Francisco es muy fácil porque tiene perfil de santo. Ni juicios destructivos, ni juicios aduladores, que son propios de la corte mundana”.

Martínez Camino, jesuita como Francisco aunque en orilla bien distinta, comparecía por última vez ante la prensa como portavoz episcopal, después de diez años en el cargo (elegido en dos quinquenios consecutivos), la inmensa mayoría junto al cardenal Rouco, que le aupó al episcopado en contra de la opinión de la Compañía de Jesús, que tiene prohibido aceptar cargos y dignidades jerárquicas salvo en contadas excepciones. Los obispos elegirán su sustituto en noviembre, en la asamblea general de otoño, y este mediodía aprovechó su comparecencia ante la prensa para hacer balance. “Estoy muy contento”, dijo como resumen de su largo mandato.

Elegido después de una larga etapa al frente del secretariado de la Congregación para la Doctrina de la Fe en España, que ejerció con sumo celo inquisitorial, el portavoz saliente aprovechó la despedida para subrayar su perfil combativo ante el poder político. Así, reiteró que el Gobierno sigue incumpliendo los Acuerdos firmados en 1979 entre el Estado de la Santa Sede y España en materia de la enseñanza de la religión en las escuelas y que, pese a todo, tiene la esperanza e incluso la certeza de que el PP remediará esa situación durante la tramitación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en el Congreso y en el Senado.

Dijo: “Los Acuerdos, como pacto internacional entre Estados, es una ley de obligado cumplimiento y estamos en conversaciones con el Gobierno para enmendar lo que ahora está mal en el proyecto”. Se refería a cómo queda la enseñanza de la religión y moral católica en el bachillerato. Según el portavoz episcopal, no está claro en la ley que todos los centros vayan a ofertar religión a los alumnos, ni queda bien contemplado el estatuto de los profesores de esa materia, docentes que son contratados por los obispos para cada curso escolar, pero pagados por el Estado, por un monto de algo más de 700 millones de euros anuales. “Estamos en conversaciones y esperamos que el Gobierno asuma nuestros criterios. No es un privilegio de la Iglesia católica, sino de los padres”, sentenció.

Más información
El Papa: “Jamás he sido de derechas”
Francisco: “Es el inicio de una Iglesia con organización más horizontal”
La Teología de la Liberación respira

En el balance de gestión, Martínez Camino presumió de ser el alma de las masivas beatificaciones de “mártires de la fe”, asesinados en los primeros meses de la guerra civil que se desató en el verano de 1936 por un golpe militar que los obispos de la época, en su inmensa mayoría, procuraron o apoyaron con entusiasmo. Los papas Pío XII, Juan XXIII y Pablo VI se opusieron con energía a elevar a los altares del catolicismo a las víctimas católicas en aquella contienda. Juan XXIII prohibió incluso que se calificase en su presencia aquella terrible contienda civil como Cruzada, como hacen los prelados españoles.

Fue el polaco Juan Pablo II, a instancias del cardenal Rouco y de su obispo auxiliar, quien aceptó nada más llegar al pontificado que la Conferencia Episcopal iniciase las causas de beatificación de varios miles de esas víctimas. Ya son beatos o santos unos mil, a los que se unirán otro medio millar los próximos días 12 y 13 en una beatificación masiva convocada en Tarragona, en medio de una gran polémica incluso en el interior del catolicismo.

Pese a que los obispos criticaron la llamada Ley de la Memoria Histórica con el argumento de que pretendía reabrir heridas de la guerra civil”, Martínez Camino ha llegado a afirmar ahora que la II República, cuya legalidad cuestiona, maquinó "un plan trazado con toda precisión para la exterminación de la Iglesia".

Otro contraste de este portavoz con el papa Francisco es la promoción de manifestaciones de católicos para torcer el brazo al poder político legitimamente constituido, con presencia de numerosos obispos, contra leyes del Parlamento español, como la del matrimonio entre homosexuales. También orquestó una campaña afirmando que los niños estaban menos protegidos en España que el lince ibérico, en una ofensiva mediática de la que hoy presumió con el argumento de que fue “famosa en todo el mundo”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_