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Tribuna
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¿De verdad es esta la apuesta del Gobierno por la I+D+i?

El Real Madrid parece haber puesto un poco más de empeño en mejorar su plantilla este año que nosotros en mejorar nuestro modelo productivo

Estimado señor Montoro:

Llevaba días escuchando con gran expectación los repetidos anuncios de su apreciado colega el señor De Guindos sobre el ansiado incremento de la inversión en I+D+i para 2014. Entienda mi ilusión al oír esto. Soy un joven investigador que, tras varios años fuera, decidió en 2011 aceptar un contrato del CSIC para volver a España. Lo sé, no elegí el mejor momento.

No con pocos nervios esperé su llegada al Congreso para presentar estos presupuestos, los de la recuperación. Aunque últimamente los científicos nos hemos vuelto expertos en escudriñar el BOE en busca de las escasas convocatorias que salen, debo confesar que este tipo de documentos todavía me imponen respeto. Por esa razón, decidí comenzar por la introducción, más asequible que las frías cifras. Tras leer las primeras páginas tuve que volver a comprobar si lo que estaba leyendo eran realmente los Presupuestos Generales del Estado de 2014.

Afirman ustedes que “una de las prioridades de los últimos años ha sido la política de I+D+i, lo que ha permitido aproximar los recursos del sistema a la media comunitaria”. Caramba, teniendo en cuenta que desde 2009 la reducción del gasto estatal en I+D+i ha sido de un 40 %, parece que nos toca repasar el concepto de prioridad. Ya sé que en 2009 no gobernaban ustedes, que eso es “herencia recibida”. Para ser justos, con usted como ministro la I+D+i “solo” se ha visto recortada un 31%. De la media comunitaria mejor ni hablamos, hace tiempo que la vemos alejarse.

Sigo leyendo y encuentro lo que sí que parece una invitación a la recuperación. Dicen ustedes que “las dotaciones previstas para la política (de I+D+i) en estos presupuestos responden a las directrices del Gobierno, particularmente en lo que se refiere al cambio de modelo productivo”. ¿Por fin una apuesta por el futuro? Podría, pero es que resulta que ustedes han cifrado el aumento global en la política de I+D+i civil para 2014 en 71 millones de euros, un 1,3%. Sinceramente, el Real Madrid parece haber puesto un poco más de empeño en mejorar su plantilla este año que nosotros en mejorar nuestro modelo productivo.

Temeroso, saco la calculadora y decido ir a las cifras más concretas. El aumento de los capítulos de subvenciones en I+D+i civil respecto a 2013 será de unos 129 millones, un 6,1%. Es algo más, pero es que eso no es tan difícil. Hace falta remontarse hasta 2005, casi una década atrás, para encontrar unos niveles más bajos. Mal empezamos. Desde luego queda muy lejos de los 630 millones que el colectivo del personal investigador y todos los grupos de la oposición le han intentado explicar que serían necesarios para evitar el colapso del sistema. Pero bueno, es un aumento, ¿o quizás no?

Veamos. Resulta que en 2013, ante la grave situación del sistema público de investigación, fue necesario aprobar un crédito extraordinario de 104 millones para evitar, entre otras cosas, el cierre de la mayor institución pública de investigación, el CSIC. De ese crédito, 25 millones se destinaron al mismo CSIC, que sigue necesitando 75 más según su presidente. Los otros 79 millones fueron para el Fondo Nacional para la Investigación Científica y Técnica, de donde sale principalmente el dinero para mantener los proyectos. Además, este año, haciendo un poco el papel del vecino moroso, dejamos sin pagar nuestra cuota del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), donde está el famoso acelerador de partículas. En concreto, fueron 35,6 millones de Euros que, algo sonrojados, nos hemos comprometido a pagar en 2014.

Es decir, el año pasado, con el sistema a punto de romperse, necesitábamos unos 140 millones extra para salvarlo del desastre absoluto. Eso sin contar los 75 que todavía sigue esperando el CSIC. Este año el aumento en presupuestos es de solo 129 millones. Mi calculadora echa humo y las cuentas de la recuperación no me salen.

Vuelvo de las cifras al texto y llega la decepción final. Por tercer año consecutivo se mantendrá el límite del 10% en la tasa de reposición. Solo podrá contratarse a una persona por cada diez investigadores que se jubilen. Nuestras universidades y centros de investigación seguirán viendo impotentes como el tan necesario relevo generacional -en el que tantos recursos y esperanzas se han depositado- se escapa por nuestras fronteras, como el agua entre las manos. Se lo suplico, no les culpe a ellos, a los jóvenes. Solo persiguen su sueño de trabajar con dignidad.

Señor Montoro, las personas que trabajamos en la investigación somos conscientes de los duros momentos que atraviesa nuestro país. No les pedimos grandes gestos; de hecho todas nuestras peticiones han sido siempre de mínimos. Por eso han logrado el consenso de todos. Menos el suyo. Lo que sí les pedimos es que sean claros con la sociedad. No es momento de jugar con las cifras para simplemente salvar la cara. Para ser uno de los motores de la recuperación, la I+D+i necesita de una apuesta clara y decidida. Precisa de un horizonte a largo plazo y no de bailes de números que intenten enmascarar la crisis a la que están condenando el sistema.

Me despido ya, triste, con la ilusión perdida, aunque antes, tengo que pedirle una última cosa. Todos sabemos que el eje central de la política de este Gobierno es la lucha contra el déficit económico. Es su verdadera apuesta. Pero por favor, mientras tratan de reducirlo, no se olviden de que hay otro déficit que no para de aumentar, es el déficit humano, y ese, señor Montoro, no se puede solucionar con recortes.

José Manuel Fernández es investigador postdoctoral y portavoz de la Federación de Jóvenes Investigadores.

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