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El currículo y la caja registradora en el móvil

El proyecto Worldreader consiste en dar acceso a todo tipo de libros a través de un Kindle o incluso de un móvil

La idea era usar la conectividad a la que ya tiene acceso el mundo en desarrollo para dar acceso a más conocimiento. “Surgió hace poco más de tres años y medio y consiste en dar acceso a todo tipo de libros a través de un Kindle o incluso de un móvil, con teléfonos básicos conectados a Internet con la red 2G, cuya penetración en África es de un 70%, mientras que la 3G es muy escasa”, explica Colin McElwee, uno de los cofundadores de este proyecto, denominado Worldreader. “Hablamos con los gobiernos, digitalizamos el currículo y hacemos programas con escuelas mediante lectores electrónicos. Ya estamos en nueve países de África y tenemos aparte, desde muchas partes del mundo, 550.000 usuarios de nuestros programas, que leen los libros a través del móvil, 30.000 desde África”, asegura McElwee.Worldreader es una fundación española con sede en Barcelona. Sus dos fundadores habían trabajado en gigantes como Microsoft y Amazon. Esta empresa les cedió 20 kindles para hacer la primera prueba en Ghana. Han logrado apoyo además del Gobierno de EE UU, de la Unesco y de potentes editoriales. Y han implantado dos tipos de programas en colegios de África: el primero consiste en dar un kindle a cada niño y otro al profesor; el segundo, en aportar 60 lectores, que comparten diversas clases. Distribuyen lectores electrónicos públicos, comprados por los Gobiernos, y de forma privada, que venden a entre 15 y 18 euros, con todo el currículo incluido. Su próximo reto es implantar el proyecto en América Latina.

Precisamente allí es donde han empezado los creadores de Frogtek. Fundado por David del Ser hace más de cuatro años, este proyecto busca “ayudar a los pequeños comerciantes a ganar más dinero y tener un control sobre sus negocios”, explica Guillermo Caudevilla, director de Tecnología de Frogtek. “El vendedor escanea el código de barras de cada producto con un lector conectado por Bluetooth al móvil, que hace de caja registradora. Los datos se guardan en Internet y procesamos los de todas las tiendas, de forma que eso nos da información de lo que deben comprar al proveedor y nos ofrece a la vez datos sobre los productos que se demandan en la zona”, explica Caudevilla. Están presentes en 700 tiendas de diversas poblaciones de México y Colombia. El comerciante abona por el equipamiento y la formación necesaria para utilizarlo unos 300 euros, en plazos. “Vamos a comercios muy pequeños de 1.000 o 2.000 productos. La mayoría llevaba la contabilidad en una hoja y aceptaba lo que le mandaba el proveedor sin ningún cálculo de ventas. Además, este sistema nos permite tener información directa del mercado para estudiar los canales emergentes. Queremos implantarlo en otras partes”, señala el emprendedor. Por ahora, tienen un proyecto piloto en Ghana.

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