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el caso del 'news of the world'

Los dos principales acusados de las escuchas ilegales eran amantes

Rebekah Brooks y Andy Coulson tuvieron un romance entre 1998 y 2004

Andy Coulson y Rebekah Brooks.
Andy Coulson y Rebekah Brooks.LEON NEAL (AFP)

El juicio sobre las escuchas ilegales del desaparecido tabloide News of The World ha tenido un arranque espectacular. El miércoles, en el primer día del juicio, la fiscalía informó al jurado de que tres antiguos periodistas del diario se habían declarado culpables de las escuchas. En el segundo día, el fiscal Andrew Edis les hizo saber que los dos principales acusados, los ex directores del diario Rebekah Brooks y Andy Coulson, fueron amantes al menos desde 1998 y hasta 2004.

Edis explicó que, al hacer pública esa relación no intentaba ni invadir su privacidad ni realizar “un juicio moral” sobre esta. La razón de hacerla pública, explicó el fiscal, es que “la señora Brooks y el señor Coulson están acusados de conspiración y, cuando la gente está acusada de conspiración, lo primero que el jurado ha de preguntarse es hasta qué punto se conocían entre ellos, hasta qué punto confiaban el uno en el otro”.

“El hecho de que mantenían esa relación y que esta era secreta significa que confiaban mucho el uno en el otro, al menos en ese secreto, y por eso se lo estamos diciendo ahora a ustedes”, añadió el fiscal dirigiéndose al jurado.

La carta fue escrita en febrero de 2004 por Rebekah Brooks, que entonces era conocida por su apellido de soltera, Wade, aunque entonces estaba casada con el actor Ross Kemp. Con ella, intentaba evitar que Andy Coulson acabara con la relación. “La verdad es que eres mi mejor amigo, te lo digo todo, confío en ti, te pido consejo, te amo, me preocupo por ti, reímos y lloramos juntos”, le escribe Rebekah a su amante.

Tanto Brooks como Coulson niegan que tuvieran conocimiento de las escuchas ilegales que durante años se practicaban en el News of The World, que ella dirigió entre 2000 y 2003 y él entre 2003 y 2007. El emporio de Rupert Murdoch ya ha reconocido que las escuchas eran una práctica extendida en el diario y no un caso aislado como habían sostenido durante años. Pero tanto Brooks como Coulson aseguran que ellos nunca supieron nada.

Para intentar demostrar lo contrario, el fiscal ha insistido en que Rebekah introdujo un severo régimen de control de gastos y que es muy poco creíble que, en ese entorno ignorara que se estaban pagando altas cantidades de dinero al inspector privado que realizaba físicamente las escuchas ilegales.

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