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Las ‘primaveras’ recortan los derechos a las mujeres en los países árabes

Ellas aparecen como las grandes perdedoras de la gran convulsión política del mundo árabe Egipto es el peor país para los derechos de la mujer

El fervor revolucionario de las primaveras árabes ha resultado nefasto para los derechos de las mujeres, que sin embargo participaron codo con codo con sus compatriotas hombres para derrocar a los tiranos. Casi tres años después del inicio de las revueltas, el avance islamista y la inestabilidad política han mermado los derechos de las mujeres, que aparecen como las grandes perdedoras de la gran convulsión política del mundo árabe, según la encuesta realizada por la Thomson Reuters Foundation entre centenares de expertos en 22 países de la región.

El país que aparece precisamente a la cola de la lista es precisamente Egipto; el gran símbolo de las revoluciones árabes que despertó una contagiosa esperanza de cambio, también para las mujeres.

La participación en política o en la economía nacional, la violencia de género y el papel de la mujer en la sociedad son algunas de las categorías que cubre la encuesta que hoy se publica. “La situación para las mujeres en esos países [en los que hubo un estallido popular a favor de la libertad] es peor que hace tres años. Las normas patriarcales se han reforzado”, explica por teléfono Monique Villa, directora de Thomson Reuters, y atribuye el deterioro de los derechos a varios factores. “Se ha producido una radicalización, pero sobre todo, el clima de inestabilidad combinado con la impunidad de los perpetradores da como resultado la situación actual”.

Se da la paradoja de tanto en Egipto como en Irak, Túnez o como en Siria, las mujeres gozaban de más derechos en tiempo de las dictaduras que ahora, durante las maltrechas democracias en el caso de los tres primeros países y de la guerra abierta en el caso sirio. Las dictaduras no ofrecían derechos políticos ni libertades individuales, pero sí seguridad. Las turbulencias no son buenas compañeras de las mujeres que acostumbran a sufrir de manera desproporcionada las situaciones de caos. La violencia que ha seguido a las revoluciones populares y la utilización de las agresiones sexuales como arma política han resultado en un deterioro de las mujeres en esta región del mundo. En el caso de Siria, la guerra y el éxodo de más de dos millones de sirios que viven hacinados en campos de refugiados en los países vecinos, ha dado pie a una dramática escalada de matrimonios forzados, ataques sexuales y tráfico de mujeres.

“Evidentemente el problema no son las revoluciones en sí mismas. Fue muy importante que las mujeres salieran a la calle y pudieran hacer oír su voz. Ahora asistimos a tiempos de tensiones y radicalización, pero hay que tener en cuenta que las revoluciones tardan tiempo en asentarse, que la revolución francesa tampoco se hizo en dos días”, termina Villa.

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