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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los otros

Puede ser que hubiera más de un tipo humano viviendo y evolucionando en Europa y parte de Asia

Un equipo formado por investigadores españoles y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva ha logrado secuenciar la casi totalidad de un genoma mitocondrial humano de la Sima de los Huesos en Atapuerca, el del Fémur XIII, lo que constituye en sí mismo un gran éxito. Es el ADN humano más antiguo conocido. ¿Quién lo iba a decir hace tan solo unos pocos años?

Pasemos ahora a ver lo que nos cuenta este genoma. Como los fósiles de la Sima de los Huesos presentan rasgos, sobre todo en la cara, mandíbula y dientes, que recuerdan a los neandertales, aunque a veces solo vagamente, hemos pensado siempre que la población de la sima tenía que ver con el origen de nuestros “primos”.

Pero el genoma mitocondrial del Fémur XIII nos dice otra cosa. Sus parientes más cercanos no son los neandertales, sino los denisovanos, que vivieron muy lejos, en el sur de Siberia, y mucho tiempo después que la gente de la sima.

¿Cómo se explica esta inesperada conexión ibérica-siberiana? Podría ser que los denisovanos y la gente de la sima descendieran de una población que se extendió hace más de medio millón de años desde Europa hasta Siberia. A partir de ese tronco común evolucionarían los neandertales en Europa.

¿Pero no habíamos quedado en que los fósiles de la sima ya pertenecen al linaje de los neandertales? ¿Cómo es que no se agrupan con ellos? Puede que nos hayamos equivocado en la interpretación de la morfología, pero es más creíble que en la época de la Sima de los Huesos algunos individuos (el Fémur XIII para empezar) o incluso algunos grupos familiares fueran portadores de un genoma mitocondrial de linaje arcaico, no neandertal, que terminaría por desaparecer, quedando solo el de los neandertales. El ADN mitocondrial se transmite por vía exclusivamente materna y esto hace que no se recombine, por lo que pueden coexistir varios linajes mitocondriales en la misma población.

Y también puede ser que hubiera más de un tipo humano viviendo y evolucionando en Europa y parte de Asia: los antepasados de los neandertales y “los otros”, y que se cruzaran entre ellos. De este modo llegaría a la población de la sima y a los antepasados de los denisovanos un genoma mitocondrial de tipo antiguo.

¿Quiénes serían “los otros”? Unos supervivientes de una especie vieja, quizás los descendientes de la población a la que perteneció la mandíbula de Mauer, que es anterior a la sima, o quizás tengan raíces aún más profundas.

Cuando escribo estas líneas aún no se ha hecho público el trabajo que se publicará (se ha publicado, para ustedes) en la revista Nature y no conozco la reacción de nuestros colegas ante este descubrimiento. Pero estoy deseando saber cómo responden ellos a los interrogantes que plantea.

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