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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una pérdida irreemplazable

No conozco los detalles de qué ha pasado, ni qué hay detrás de la dimisión de Juan Carlos Izpisúa-Belmonte, pero está claro que es una gran pérdida para la ciencia española. Juan Carlos es sin duda el científico español más conocido en el ámbito de la investigación en medicina regenerativa. La lista de logros del equipo dirigido por este científico es realmente impresionante. Este mismo año consiguieron generar minirriñones (primordios renales) en el laboratorio a partir de células de la piel, hallazgo que ha sido considerado por la revista Science como uno de los hitos del año 2013. Y por no hacer la lista interminable, tan solo mencionar que un par de años antes consiguieron avances igualmente espectaculares con la regeneración cardíaca. Durante los últimos 10 años, Juan Carlos ha sido capaz de gestionar, organizar e inspirar el trabajo de más de 50 investigadores repartidos entre el Salk Institute de California y el Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB). Trabajo hecho en ambos sitios con igual éxito y siendo claro para la comunidad científica internacional que la apabullante productividad de Juan Carlos procedía en dosis iguales de sus dos laboratorios.

Las marcas Barcelona/Cataluña/España se han beneficiado enormemente de las brillantes investigaciones de Juan Carlos y del CMRB. El número de científicos con esta capacidad de generar conocimiento se cuenta con los dedos de la mano. Juan Carlos pertenece a la élite científica mundial, es una rara avis, y más rara todavía en un país como el nuestro con una potencia científica aún modesta. Me gustaría pensar que desde las instituciones se ha hecho todo lo posible por retenerle, no hacerlo sería incomprensible. Si la decisión de Juan Carlos de dejar el CMRB no se revierte, solo queda confiar en que las Administraciones públicas, catalana y española, sigan apoyando al CMRB para que los proyectos en marcha, el personal altamente especializado, los equipos técnicos sofisticados, las ideas propias de un equipo de élite, y, en general el know how, no se pierdan.

Manuel Serrano es investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. 

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