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La última amenaza a los buitres españoles

Los científicos alertan del riesgo para estas poblaciones tras la autorización de dos fármacos El diclofenaco, un antiinflamatorio para ganado, es responsable de su práctica extinción en la India

Elena G. Sevillano
Buitres leonados en el Pallars Jussà (Cataluña).
Buitres leonados en el Pallars Jussà (Cataluña).Antoni Margalida

Fue catastrófico. Entre 1990 y 2000 se produjo la práctica extinción de varias especies de buitres en el subcontinente indio. Murieron varios millones de ejemplares, lo que dejó las poblaciones mermadas entre un 95% y un 99%. Los científicos estaban desconcertados. ¿Qué era lo que mataba por centenares de miles a estas aves carroñeras? ¿Un virus tal vez? Un artículo publicado en Nature en 2004 desveló la incógnita de la debacle de los buitres asiáticos: el diclofenaco, un antiinflamatorio y analgésico usado en tratamientos veterinarios del ganado, estaba detrás de aquella mortandad. Los buitres que se comían los cadáveres de ganado tratado con diclofenaco padecían fallos renales que acababan con su muerte casi inmediata.

Científicos españoles publican ahora en la revista Conservation Biology una carta en la que alertan de que la reciente aprobación por parte del Gobierno español del diclofenaco como fármaco veterinario supone una grave amenaza para los buitres españoles. La carta, ya aprobada para su publicación, recuerda que varios países asiáticos acabaron prohibiendo su uso en 2006, y que ese hecho parece explicar el parón actual en el declive de buitres en el subcontinente.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) autorizó en marzo pasado la comercialización de dos productos que contienen diclofenaco (Diclovet y Dolofenac) para su uso en el ganado, señala también la carta, firmada por investigadores de la Universidad de Lleida, la Universidad Miguel Hernández y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Las especies de destino de estos fármacos son bovino, porcino y equino, según recoge el Boletín Trimestral del Departamento de Medicamentos Veterinarios de la AEMPS, agencia dependiente del Ministerio de Sanidad. 

Antoni Margalida, investigador Ramón y Cajal de la Universitat de Lleida y uno de los firmantes de la carta, recuerda que España alberga más del 90% de la población europea de aves carroñeras (buitre leonado, buitre negro, alimoche y quebrantahuesos) y que estas especies han ofrecido durante siglos un servicio esencial a los ecosistemas, al eliminar los cadáveres que podrían constituir focos de infección y enfermedades. "España es muy diferente de la India, pero aquí también puede haber problemas, sobre todo con la ganadería extensiva. Si se usa este fármaco con una vaca o una yegua y esta muere o se despeña su cadáver queda accesible a los buitres", explica.

Margalida añade que existen productos sustitutivos del diclofenaco "que no afectan a las aves" y que tanto las autoridades como los ganaderos deben ser conscientes del peligro que supone usar estos dos fármacos recientemente aprobados. No se explica, añade, por qué se aprueba su uso ahora en España después de haber sido prohibido hace años en otros países. 

En la carta los investigadores recuerdan que en 2001 el brote de encefalopatía espongiforme bovina, llamada enfermedad de las vacas locas, provocó que la Unión Europea prohibiera abandonar los cadáveres en el campo y obligara a destruirlos o reutilizarlos en instalaciones autorizadas. Esa medida tuvo gran impacto en la población de buitres porque causó un déficit de alimentación con consecuencias demográficas y comportamentales, explican en una nota de prensa. La presión de ganaderos, gestores y científicos ha permitido que en los últimos años se flexibilizara la normativa sanitaria y se aprobara un real decreto en 2011 que permite de nuevo abandonar los cadáveres en el campo. 

Los científicos aseguran en la carta a la revista que "siguiendo el principio de precaución, urge la inmediata prohibición del uso de diclofenaco [...] para evitar gravísimas consecuencias en las poblaciones de buitres y el funcionamiento de los ecosistemas en España".  

Los medicamentos veterinarios con diclofenaco que figuran en el boletín son "medicamentos genéricos de un medicamento autorizado en Italia, que también se ha autorizado en otros países europeos", explica una portavoz del Ministerio de Sanidad. "A día de hoy, con el Reglamento comunitario en la mano, se puede autorizar diclofenaco para animales productores de alimentos ya que el propio reglamento establece límites máximos de residuos para el diclofenaco en concreto", añade. Y explica también que "la regulación del manejo y uso de los cadáveres de estos animales no es una competencia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. En cualquier caso, la legislación medioambiental de India no es equiparable con la española y europea".  

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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