“La emigración hará más pequeño el océano”

Entrar en política suele ser una gran oportunidad para hacer cosas interesantes. Pero también puede pasar que te llamen para un puesto interesante y a continuación te bajen el presupuesto a la mitad. El primer día que Tomás Poveda (Madrid, 1977) entró como director por la puerta de Casa de América —un consorcio público dedicado a estrechar relaciones entre España y América a través de actividades abiertas al público, sobre todo culturales— se enteró de que no había dinero para pagar las nóminas del mes siguiente. Cuenta que lo consiguió y nadie se quedó sin cobrar. Pero a continuación hizo una reducción de personal del 40%. Entre los que se fueron, más de la mitad eran directivos. “Había siete directores y ahora somos tres”, explica. Siete directores para menos de 50 empleados (“la toma de decisiones era bastante curiosa”, añade). También despidió al chófer, se deshizo del coche oficial y se compró uno. No se veía moviéndose por Madrid en coche oficial a los 34 años.

Hasta entonces, se movía en coche de empresa. Licenciado en Derecho, máster en Derecho Comunitario, alumno de IESE, simpatizante del PP, casado y con una hija de dos años, Poveda era director de Asuntos Públicos de la multinacional norteamericana General Electric para España y Portugal. Está en excedencia. Su primera experiencia en política fue en el equipo del actual ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, en el Parlamento Europeo. De ahí se conocen.

Pero cuando Margallo lo llamó años después para hacerse cargo de Casa América no buscaba al joven simpatizante del PP, sino al directivo de una multinacional. “Me dijo que la situación era complicada: ‘Como vienes del sector privado, sabes lo que tienes que hacer”. Resume la idea en “introducir ciertos elementos de la gestión privada en la gestión pública y además incrementar los ingresos privados”, porque el hachazo a la financiación pública iba a ser considerable. Los ingresos de Casa América (un 47% públicos) pasaron de 7,2 millones en 2008 a 5 en 2011 y a 3,2 con la llegada del PP. “En términos reales, son ingresos inferiores a los de finales de los años noventa”. La situación era tal que “los directores de las casas no tuvimos toma de posesión, porque nadie sabía si lo que íbamos a hacer iba a funcionar. Hoy día, las seis casas siguen abiertas, aunque en una situación compleja”.

Poveda se presenta como medio americano. La familia de su madre es Chamorro, una conocida saga política de Nicaragua. Considera parte de su trabajo que conozcan América las pequeñas empresas y vayan para allá. “El ciudadano medio lo conoce a distancia. En un momento en que como país estamos haciendo un esfuerzo de internacionalización, hay que conocer el continente con más riquezas naturales, probablemente el de mayor diversidad étnica y el que tiene realidades tan distintas como la pobreza extrema y la primera potencia del mundo”. Esto le lleva a una reflexión sobre la emigración española. “Mi bisabuela decía que la mejor escuela es coger una maleta y viajar. Esta crisis nos está llevando a irnos fuera. Se dice que se va talento fuera, pero es un talento que probablemente volverá, y lo hará con más experiencia, habrá montado empresas, el océano se habrá hecho más pequeño”.

Después de dos años navegando la tormenta, empieza a hacer balance. “Probablemente, este es el mejor trabajo que voy a tener en mi vida”.