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Un hospital de 1.300 camas sin agua caliente ni calefacción el fin de semana

La central térmica del centro madrileño de La Paz se averió el pasado viernes El sistema se estropeó al menos también en marzo de 2009 y noviembre de 2012

Elena G. Sevillano

El hospital La Paz, en Madrid, centro de referencia nacional para muchas especialidades y con una de las carteras de servicios médicos más amplias del país, lleva sin agua caliente ni calefacción desde este viernes por la tarde. La central térmica que alimenta las instalaciones de agua caliente del centro, de 1.300 camas, se ha averiado y no está previsto que el problema quede resuelto hasta este domingo a mediodía. La central ocupa un edificio entero dentro del complejo hospitalario y es tan antigua como el centro, inaugurado en 1964.

Una portavoz ha confirmado que en realidad la avería ya está arreglada, pero que el agua caliente no llegará hasta un día después, puesto que el sistema tarda 12 horas en volver a llenarse de agua caliente y empezar a hacerla circular. Ha añadido que los trámites para construir una nueva central térmica ya están en marcha y que algunas áreas del hospital, como Neonatología o Quemados, sí cuentan con agua caliente. Las plantas de hospitalización general, sin embargo, no.

Pedro Marchena, marido de una paciente ingresada en la segunda planta, ha relatado cómo las auxiliares de enfermería han tenido que asear a su esposa calentando agua en un microondas y utilizando esponjas impregnadas en jabón. "Ayer por la tarde íbamos a ducharla, pero nos dimos cuenta de que el agua salía fría", ha relatado por teléfono a EL PAÍS. La mujer está convaleciente de una intervención delicada, y este viernes le hicieron un escáner craneal con contraste, un líquido denso, generalmente a base de yodo, que ayuda a que se vean mejor ciertas áreas durante la exploración. "Se debió de romper el envase y el contraste, un líquido muy pastoso, le cayó encima y la puso perdida", ha explicado.

Al llegar a la habitación pretendían que entrara a la ducha, porque tenía toda la cara y el pelo manchados, pero no pudo porque no había agua caliente. "Hoy todavía ha estado mi hija quitándole la sustancia del pelo", ha añadido Marchena, que va a pasar la noche en el hospital: "Mi hija me ha recomendado que me lleve una manta para no pasar frío". La familia ha puesto una reclamación en Atención al Paciente. "Hablamos de tres días sin agua caliente en un hospital general y en un país como España. ¿Cómo puede ser?", se pregunta.

"Acabo de oír a las enfermeras diciendo que iban a calentar agua en el microondas", ha relatado también este sábado por teléfono Maribel, la hija de otra paciente ingresada en la segunda planta. En su caso, su madre acaba de llegar a la habitación y aún no ha necesitado utilizar agua caliente, pero le preocupa cómo se va a asear este domingo.  El diario 20 Minutos recoge el testimonio de la familiar de otro paciente que ha llevado al centro garrafas de agua caliente y un calefactor.

No es la primera ni la segunda vez que esta instalación, situada en uno de los edificios del complejo hospitalario, da problemas. En marzo de 2009, en época de bajas temperaturas, La Paz estuvo tres días sin calefacción. “Ha hecho un frío invernal. A los enfermos los hemos lavado como antaño, con palangana, y les hemos tenido que cubrir de mantas. Si se acababan, les poníamos toallas en los pies”, relató a este diario una auxiliar de enfermería. A finales de noviembre de 2012, también en días fríos, volvió a suceder. La central se averió un lunes y no se subsanó el problema hasta el miércoles. Una portavoz del centro explicó que, en un primer momento, se investigó si la avería era en realidad un sabotaje, al coincidir con una huelga, pero finalmente se atribuyó a la antigüedad de la instalación.

La portavoz del centro ha asegurado que en todas las plantas hay mantas a disposición de los enfermos o los acompañantes que las necesiten.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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