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El cultivo del olivo en España se beneficiará del cambio climático

El aumento de la temperatura de la Tierra en 1,8 grados centígrados tendrá un efecto positivo en la explotación del olivar en la cuenca Mediterránea, excepto en Oriente Próximo

Olivar en Jaén.
Olivar en Jaén. Jose Manuel Pedrosa

El aumento de la temperatura media de la Tierra en 1,8 grados centígrados, hacia mediados de siglo, hará más rentable el cultivo del olivo en la cuenca del Mediterráneo, especialmente en el Norte de África, donde los beneficios obtenidos pueden aumentar un 41%. El incremento medio de la cosecha en la zona será de un 4,1%, pero habrá ganadores y perdedores a escala regional y local.

En España, la tendencia global será positiva, hacia una mayor rentabilidad de este cultivo histórico y tolerante a la sequía (solo limitado por las heladas fuertes y las temperaturas excesivamente altas), aunque en algunas zonas del centro de la península Ibérica el impacto será negativo. Un grupo de científicos ha examinado la evolución previsible de los olivares en las condiciones impuestas por el cambio climático en el Mediterráneo, de donde procede el 97% de la producción mundial.

Unas  regiones del Mediterráneo obtendrán mayores beneficios del cultivo del olivo (en rojo) y otras, menores (en azul), con un aumento de la temperatura media de la Tierra de 1,8 gradso centígrados.
Unas regiones del Mediterráneo obtendrán mayores beneficios del cultivo del olivo (en rojo) y otras, menores (en azul), con un aumento de la temperatura media de la Tierra de 1,8 gradso centígrados. LUIGI PONTI

La investigación, publicada esta semana en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense, tiene en cuenta tanto la respuesta de la planta (Olea europea) a las condiciones del calentamiento, como la de la mosca de olivo (Bactrocera oleae), su principal plaga, y la interacción entre ambas, ya que una y otra tienen diferente tolerancia a la temperatura. Es decir, que en una región puede no aumentar mucho la cosecha pero, si se reduce notablemente la infección de la mosca que deteriora la aceituna y reduce la productividad del árbol, los beneficios pueden subir notablemente. No hay que olvidar que los modelos de proyección climática indican que el Mediterráneo, debido al incremento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sufrirá una subida notable de las temperaturas, pero el olivo tiene unos límites dentro de los cuales puede sobrevivir o incluso ganar productividad, mientras que la mosca que le infecta está condicionada por márgenes diferentes.

La floración del olivo se adelantará en toda la cuenta Mediterránea sobre la estacionalidad media actual, y llegará 18 días antes en áreas de la península Ibérica, norte de África y Grecia.

Los beneficios del cultivo de la explotación del olivo aumentaran en zonas de España e Italia debido al incremento de las cosechas, que compensarán con creces los niveles de infección de la mosca, el coste mayor de su prevención y eliminación así como una menor calidad del aceite, concluyen Luigi Ponti (Agencia Nacional de Nuevas Tecnologías, Energía y desarrollo Económico Sostenible, en Roma) y sus colegas. Sin embargo, en algunas zonas del centro de la península Ibérica y del Norte de Portugal los beneficios decrecerán debido a los altos niveles de infección y sus costes asociados.

En el Norte de África, sin embargo, los beneficios aumentarán, aunque se reduzcan ligeramente las cosechas, debido al menor nivel de infección de la mosca, la reducción de costes para hacerle frente y la mejora calidad del aceite. En Oriente Próximo, las cosechas disminuirán.

Los cambios que cabe esperar de la productividad en cada lugar se deben, sobre todo, a los diferentes efectos del aumento de la temperatura en la mosca y en el olivo. Así, pese al aumento medio total de las cosechas en la cuenca Mediterránea del 4,1%, los científicos anticipan una reducción del nivel de infección del 8% y un aumento de los beneficios netos obtenidos por la explotación del cultivo de un 9,6%. Las poblaciones de mosca disminuirán en zonas altas y con invierno fríos, así como en áreas donde las temperaturas estivales rozan o superaran el máximo tolerable por esta especie.

Ponti y sus colegas advierten que los olivares de bajo beneficio probablemente se abandonarán en muchos lugares, con el consiguiente mayor riego potencial de incendios, la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad.

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