Llantos y un silencio atronador

Un silencio inmenso, que reventaba los tímpanos, ha seguido al anuncio de que el Tribunal Supremo declaraba improcedente el ERE de Telemadrid. Los alrededor de 400 trabajadores concentrados ante el Supremo, que están afectados por el expediente de regulación de empleo aprobado en enero de 2013 –inicialmente 829, cifra que aumentó hasta 861 en los meses de febrero y marzo- se han quedado mudos nada más escuchar el fallo del tribunal, que ratificaba el del Tribunal Superior de Justicia de Madrid del pasado abril. La primera reacción, acompañada de los sollozos de algunos de los empleados despedidos, ha dado paso al enojo de los presentes. “¿Dónde está la justicia? ¡Ladrones!”, han proferido al unísono los afectados. Todos, absolutamente todos, estaban destrozados.

“Hoy queda demostrado que Ignacio González ha utilizado políticamente a Telemadrid”, ha reprochado Miguel Aguado, diputado socialista en la Asamblea de Madrid. “La Comunidad ha destrozado con su gestión a la televisión pública madrileña y causado un daño tremendo a más de 800 familias. Es un resultado pésimo producto de una mala gestión y de intereses ocultos”, ha expresado Aguado nada más conocer el fallo frente al Supremo. “La justicia ha venido a respaldar la propuesta política de saqueo de Ignacio González y del Partido Popular utilizando los dineros públicos para dejar a los trabajadores en la calle y seguir manteniendo el Boletín Oficial del PP, que es en lo que han convertido Telemadrid”, ha dicho Libertad Martínez, diputada regional de Izquierda Unida. “En 2015 recuperaremos Telemadrid con su plantilla”, ha apostillado. El año que viene se celebran elecciones autonómicas y municipales.

Roberto Tornamira, secretario general de UGT-Madrid, ha valorado la decisión del Supremo como una sentencia “que no es justa”. “Lo justo habría sido recuperar a los trabajadores despedidos para levantar Telemadrid. Pensando en lo poco positivo que tiene la sentencia, Telemadrid seguirá abierta con los 300 empleados con los que cuenta actualmente”, ha añadido.

Mientras los llantos se extendían por la plaza de la Villa de París, un trabajador intentaba animar lo imposible. “Compañeros, hemos trabajado, seguiremos luchando…Tranquilos, ya veréis como en 2015 estamos ahí adentro de nuevo”.