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El brote más extenso de Ébola

La OMS envía 3,5 toneladas de material de aislamiento a África occidental

Tres países de África occidental (Guinea, Liberia y Sierra Leona) han confirmado ya casos de Ébola en el brote más extenso del que se tiene noticia de la enfermedad. Si hasta ahora los casos se concentraban en aldeas de la selva africana, este se mantiene en las zonas rurales de Guinea (122 casos sospechosos con 80 fallecidos), Liberia (ocho) y Sierra Leona (seis), con el agravante de que se afianza en Conakry (capital de Guinea), donde ya hay 11 casos. 20 pacientes permanecen en aislamiento.

Es precisamente en la ciudad donde el virus muestra todo su peligro potencial: 11 de los afectados son personal sanitario, que se infectan al atender a los enfermos o manipular los cadáveres de los ya fallecidos. Ese es un riesgo añadido de este virus hemorrágico, para el que no existe tratamiento ni vacuna, y que se contagia por contacto con los fluidos y secreciones de los afectados. Por eso los rituales funerarios son un foco que hay que erradicar, aunque sea a costa de actuar radicalmente con los cadáveres evitándoles las honras tradicionales.

Para evitar esos contagios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado a la zona 3,5 toneladas de material de aislamiento, básicamente los trajes de astronauta para el personal sanitario, pero también bolsas para manejar los cadáveres. También ONG como Médicos sin Fronteras han desplazado equipos, y otras instituciones, como el CDC de Estados Unidos o el Instituto Pasteur, personal.

De momento, el principal cometido es, aparte de atender a los enfermos y aislarlos, localizar a los contactos que hayan tenido. Actualmente 400 personas se encuentran bajo seguimiento médico. Solo en Conakry, una ciudad de unos dos millones de habitantes, la lista de posibles afectados excede ya de las 130 personas, lo que da idea de la principal novedad de este brote: al haber llegado a una zona densamente poblada las tareas de identificación de los contactos y las de aislamiento de los casos sospechosos son especialmente importantes. Pero no es el único cometido. El grueso del brote sigue en las zonas rurales, pero ya se ha extendido bastante.

No hay, de momento, una estimación de lo que puede durar este episodio. En 2000, un brote en Uganda acabó con 425 afectados y 224 muertos. Pero aquella vez se trataba de la variante Sudán del virus, menos mortífero que el Zaire, que es el que se ha detectado en Guinea y los países limítrofes.

El más numeroso de los que hay registro, según la OMS, fue precisamente el primero, el de 1976 en Congo. Entonces se identificaron 318 afectados, de los que fallecieron 280. Esto da una mortalidad del 88%, que es la que se ha mantenido más o menos hasta ahora en los sucesivos brotes de esta variante del virus. Alguno de ellos ha durado varios meses. Ahora se sabe más sobre la infección, pero frenarlo no resulta fácil.

La OMS no recomienda, de momento, que se apliquen restricciones a los viajes o al comercio de Guinea, Liberia y Sierra Leona. El riesgo de infección para los viajeros es muy bajo, según el último informe de la organización, ya que la mayoría de las infecciones humanas se deben al contacto directo con los fluidos corporales o secreciones de los pacientes infectados —sobre todo en los hospitales— y como consecuencia de procedimientos inseguros como el uso de dispositivos médicos contaminados. 

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