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Baleares reclama vetar las prospecciones en zonas protegidas o turísticas

Todos los grupos parlamentarios hacen frente común ante el Gobierno central

Baleares se resiste a ver plataformas de petróleo en su mar. La comunidad ha expresado, otra vez, el rechazo a los sondeos sísmicos previstos en el Mediterráneo para buscar yacimientos submarinos de hidrocarburos que pudieran ser explotados. En esta ocasión ha sido una acción institucional unitaria, no otra de las muchas protestas ciudadanas. La izquierda, la derecha y los nacionalistas se han avenido hoy en el Parlamento balear para reclamar al Gobierno central que modifique la Ley de Hidrocarburos de 1998 para prohibir proyectos de investigación, prospección o explotación de petróleo y gas bajo el mar que afecten a espacios protegidos o en zonas especialmente sensibles para la actividad turística.

El PSOE propuso un texto y el PP y la coalición econacionalista Més lo refrendaron, una práctica poco habitual. El parlamentario socialista Joan Bonet clamó por la defensa de la industria turística y la pesca y solicitó “poner límites a la actividad privada” en la explotación del medio ambiente común. Las autorizaciones en trámite afectarían desde el sur del mar del golfo de León hasta el sur de Formentera, con alcance especial en el golfo de Valencia y el este de Mallorca y Menorca.

La moción aprobada, sin efectos administrativos ni políticos concretos, reconoce la necesidad de marcar fronteras a la libre iniciativa empresarial en la regulación de la explotación de hidrocarburos. La ley madre que se quiere modificar es de la época del Gobierno del PP de José María Aznar (1996-2004). En la etapa posterior, hasta 2011, el Ejecutivo del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero no cambió el marco legal y, además, dio las primeras concesiones en el mar de Baleares, motivo de la polémica y movilización actuales.

La atribución mutua de responsabilidades entre el PP y el PSOE gira como una ruleta en cada sesión del Parlamento. Antes del debate la cuestión de las prospecciones fue motivo de reproches y acusaciones cruzadas, casi sin tregua. Los conservadores subrayaron la responsabilidad del PSOE y del presidente Zapatero por otorgar las permisos. “El presidente [José Ramón Bauzá] ha hecho lo que no hizo nadie hasta: enfrentarse a Madrid por esa cuestión”, aseguró el consejero de Medio Ambiente, Biel Company, que además salió en defensa del aún ministro de su ramo y que tramita las declaraciones de impacto ambiental de los sondeos, Miguel Arias Cañete.

El portavoz del PSOE, Vicenç Thomàs, destacó los negocios petroleros del ministro Arias Cañete y pidió al PP que haga virar la posición del titular de Industria y Turismo, José Manuel Soria, que sostiene que los permisos no tienen marcha atrás y que la explotación del posible petróleo será beneficiosa. El Gobierno de Bauzá debería denunciar ya en los tribunales las actuales licencias previas, “no esperar”, aseguró el diputado nacionalista y ecosocialista de Més David Abril, que logró agregar dos acciones más para pedir al Parlamento Europeo y la Comisión Europea una revisión de la directiva comunitaria para la extracción segura de hidrocarburos no convencionales.

Por el PP, Miquel Jerez, se posicionó a favor de la "resistencia activa" frente a las pretensiones de las compañías que buscan gas o petróleo en el mar de Baleares. Estas posibles prospecciones para el PP son "inaceptables e inasumibles" para el modelo económico turístico. “No tenemos hoy un discurso y mañana otro, es el momento de la determinación, de la contundencia, y el momento de abandonar los complejos”, insistió el diputado Jerez.

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