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Madrid endurece los criterios para elegir a los alumnos de Magisterio

Todas las universidades, menos la Complutense, apoyan incluir desde 2015 una prueba de acceso Este año se exigirá sacar un 5 en Lengua en Selectividad

Unos alumnos repasan antes de un examen de Selectividad en Madrid.
Unos alumnos repasan antes de un examen de Selectividad en Madrid.Samuel Sánchez

Los estudios de Magisterio, y las pruebas de acceso para el grado, sufrirán un cambio paulatino en las universidades madrileñas a partir del próximo curso. La Comunidad de Madrid y once universidades (todas las públicas y privadas, a excepción de la Complutense) han firmado un convenio que supone endurecer los criterios de acceso y mejorar los contenidos del currículo, en un giro con el que quieren comprometer al Ministerio de Educación y al resto de comunidades.

Igual que ya hizo Cataluña, Madrid busca soluciones concretas al viejo debate de la formación y el prestigio de los maestros. El primer cambio se materializará a partir de la próxima prueba de Selectividad. Los alumnos deberán obtener al menos un 5 de nota en Lengua Castellana y Literatura o superar la Prueba de Acceso a la Universidad con un 9 sobre 14 (equivalente a 6,4 en una escala sobre 10).

Una comisión de Educación y los campus elaborará el nuevo examen

Pero a partir de 2015, esa nota de corte se sustituye por una prueba específica de conocimientos sobre materias básicas, con una filosofía similar al examen de Conocimientos y Destrezas Indispensables con el que la región evalúa a alumnos de primaria y secundaria en materias como Lengua, Matemáticas o Geografía. Esta prueba será elaborada por una Comisión de Coordinación y Seguimiento en la que participarán dos representantes de cada universidad y miembros de la Consejería de Educación madrileña, que dirige Lucía Figar. La presidencia recaerá sobre un representante de la Administración.

El presidente regional, Ignacio González, dijo ayer que se persigue “una educación de mejor calidad” con maestros “cada vez mejores”. Madrid hizo públicos los resultados de la prueba de conocimientos incluida en las oposiciones a maestro de 2012, que suspendió el 86% de los aspirantes. Tras esos resultados, y los posteriores de 2013, el Gobierno regional anunció modificaciones como las que ahora incluye en el acuerdo.

La Comunidad incluye incentivos para los campus públicos y privados

El convenio compromete a las universidades a incluir en sus futuros planes de estudio de Magisterio mejores contenidos para un “desempeño adecuado de la docencia” en primaria. También prevé que, a través de la comisión de seguimiento, se inste a otras comunidades y al Ministerio de Educación a adoptar cambios para mejorar la formación y selección de los maestros. Ignacio González defendió ayer, por ejemplo, que filólogos o historiadores puedan ejercer de maestros tras superar una prueba sin pasar por el grado de Magisterio, una propuesta que quiere trasladar al ministerio.

La Comunidad ha librado una partida de 1,5 millones de euros para establecer “incentivos o premios” para las universidades públicas y privadas que cumplan “en mayor grado” los objetivos del convenio, un aspecto que también decidirá la comisión de seguimiento. En los próximos años esa cantidad puede variar en función de la disponibilidad presupuestaria de cada año, tal y como también recoge el acuerdo.

Las universidades y la Comunidad han mantenido reuniones durante los últimos seis meses para perfilar este acuerdo, del que la Complutense se descolgó en el último momento. El campus presencial más grande de España indicó en un comunicado que va a analizar “en profundidad” las implicaciones del acuerdo, como el acceso de los estudiantes a los grados, antes de firmar.

“La carrera no debería ser otro Bachillerato”

La Comunidad de Madrid y sus universidades ya tienen un marco de trabajo desde el que ahondar en los próximos años en la selección y formación de sus futuros maestros. Es un primer paso pero no es suficiente. Al menos así lo ven dos representantes de un campus público y otro privado que ayer firmaron el acuerdo con el Gobierno regional. En ambos casos reivindican que la preparación preuniversitaria de los alumnos se mejore porque “Magisterio no debería ser otro Bachillerato”, como señala la decana de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, Rosalía Aranda. “Los estudiantes deberían venir con un a buena formación científica y mejores conocimientos técnicos para centrarse durante el grado en las capacidades pedagógicas y las competencias didácticas”, añade la decana.

“Es imperdonable que un maestro no sepa dónde está Ávila o que haber se escribe con ‘h’. Eso puede ir en detrimento de la formación del propio maestro, pero también es imperdonable que ocurra en el caso de un economista o un ingeniero”, añade José Morillo — Velarde, subdirector general de centros de la Universidad CEU San Pablo, que también considera que la solución a este problema “pasa porque mejore la educación básica”. La decana de la Autónoma añade que son necesarias mejoras para “nivelar los conocimientos” de los alumnos de Magisterio. “Nuestros estudiantes llegan con una desventaja importante, porque pueden venir de diferentes bachilleratos. El procedente de ciencias tiene más olvidadas las letras, y al revés. Es algo que no ocurre en otras carreras”.

José Morillo—Velarde apunta a otras posibles soluciones para mejorar “el prestigio de la profesión de maestro” al margen de los cambios normativos y en la formación. “No basta con estas modificaciones, es necesario revisar también las condiciones laborales, el salario o el tiempo de dedicación, que no son suficientemente atractivos”. El responsable del CEU San Pablo pide más tiempo de formación en las aulas de los colegios para los aspirantes a maestra El convenio firmado ayer por la Comunidad y las universidades incluye una revisión de las prácticas en las aulas pendiente de concreción.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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