_
_
_
_
_

El último peldaño para entrar en una universidad española

Obtenido el título de bachillerato, el alumno debe aprobar la Prueba de Acceso a la Universidad Nueve ciudades americanas acogen los exámenes en junio y septiembre

Elisa Silió
El Ministerio de Educación anima a que los centros implanten una prueba propia de acceso.
El Ministerio de Educación anima a que los centros implanten una prueba propia de acceso.GETTY

Las universidades españolas quieren internacionalizarse y recibir más alumnos de fuera en sus aulas, pues siguen siendo una minoría (representan el 4% en grado y el 18% en máster). Pero en este proceso quedan aún trabas administrativas con las que pretende acabar la nueva ley educativa (LOMCE). Su texto abre la vía a que los campus no sometan a los estudiantes a la prueba de acceso a la universidad (PAU) para extranjeros, sino una propia del centro si cuenta con la acreditación de su país. El mes de julio, cuando se celebran los exámenes, está próximo, pero las universidades aún no adelantan sus planes. No tienen claro todavía qué hacer, aunque entre las privadas hay consenso de los beneficios de este cambio.

“Las universidades públicas de Madrid hemos acordado dejar las cosas como están por ahora”, cuenta José Luis Grinda, vicerrector de la Universidad Politécnica de Madrid, que imparte ingenierías y arquitectura. “Al final también la Carlos III, que era más reticente, se ha sumado”. Madrid y Cataluña son las comunidades que acogen al mayor número de estudiantes extranjeros.

El pasado curso se presentaron fuera de España 8.000 alumnos a la PAU para extranjeros, la que previsiblemente también tendrán que aprobar este año los estudiantes latinoamericanos para matricularse en una facultad española (al menos en las de titularidad pública). Tan solo los alumnos de sistemas educativos de la Unión Europea, algunos europeos extracomunitarios y China están exentos de esta prueba.

El primer requisito es matricularse en dicha prueba, que tendrá lugar entre el 3 y el 5 de junio (primera convocatoria) y del 4 al 6 de septiembre (segunda). Si la idea es presentarse en una de las sedes latinoamericanas del examen repartidas por todo el mundo (Buenos Aires, Caracas, Quito, Nueva York, Santiago de Chile, São Paulo, Lima, México y Trinidad y Tobago), no queda otra que inscribirse por vía telemática en la Universidad Nacional a Distancia (coste de 117 euros) en el apartado de matrículas de uned.es. El 18 de mayo termina el plazo para ello, aunque cuando se cumplimente pueden no conocerse aún las calificaciones del último curso del bachillerato (el periodo de entrega de esta documentación finaliza el 9 de junio). Si la opción es acudir al de septiembre, el límite es el 25 de julio.

En Caracas, por ejemplo, entre las dos convocatorias se examinan desde hace una década entre 200 y 230 personas, pero las preinscripciones en selectividad se han doblado en los dos últimos meses coincidiendo con los disturbios en Venezuela. “Un 85% de los que se presentan poseen doble nacionalidad (descendientes de españoles) y el resto son venezolanos. Todos provienen de clase media y media alta y de colegios privados”, explica Juan Carlos Pérez-Toribio, coordinador de UNED-Caracas.

Para optar al examen hay que tener aprobado el título de bachillerato extranjero y compulsar este y las calificaciones en la Consejería de Educación de la Embajada de España en el país de residencia o en las oficinas consulares. Luego, al llegar a España, hay que homologarlo (coste: 46 euros) en el Ministerio de Educación.

El examen lo aprueba, de media, un 84% de los aspirantes, con independencia del país de origen. Un porcentaje parecido en lo que se refiere a Venezuela. “Todos estos años, los aprobados han rondado el 80%. Aunque para nosotros es casi imposible saber qué cantidad de alumnos termina cursando una carrera, me atrevería a decir que de ese porcentaje, un 90% se traslada a España para continuar estudios”, continúa el coordinador venezolano.

DOS FASES

El examen de acceso cuenta con dos fases. Una primera, general, a la que están obligados a presentarse todos los aspirantes y que puede calificarse del 0 al 10. Y una segunda, específica, para quienes necesitan una nota alta para poder estudiar el grado que quieren. Gracias a ella se pueden sumar hasta cuatro puntos más. Tres de cada cuatro alumnos se apuntan también a esta prueba complementaria, aunque en muchas de las carreras basta con un 5 para matricularse.

La fase general consta de cuatro pruebas de conocimiento de 90 minutos cada una. La primera es un comentario sobre un texto informativo o divulgativo. En la segunda hay que optar por Historia de la Filosofía o Historia de España. La lengua extranjera (alemán, francés, inglés, italiano o portugués) es objeto de la tercera prueba, con la que se pretende comprobar la comprensión lectora y la expresión escrita. Y en una cuarta, el alumno selecciona una asignatura de una lista de 21. En la fase específica se seleccionan hasta cuatro materias más. Matemáticas, Física y Química concentran las peores calificaciones.

En 2017 desaparecerá la PAU y los alumnos españoles tendrán que aprobar una reválida para obtener el título de bachillerato. En teoría, con ese título valdría para acceder a una carrera, pero el Ministerio de Educación permite –y en realidad anima para fomentar la competencia entre centros– que exista una prueba o entrevista complementaria.

Más información en www.uned.es, en los teléfonos 00 34 91 398 66 12 /14 / 16 o en el correo electrónico selectiv@adm.uned.es

La entrada en otros estudios

Existe también la opción de proseguir en España los estudios de grado que se iniciaron en Latinoamérica. En ese caso hay que convalidar en la universidad en la que el estudiante pretenda matricularse las asignaturas aprobadas hasta el momento. Para ello deberá aportar una serie de documentos oficiales que cumplan los requisitos dispuestos por la Apostilla de La Haya o la normativa existente que regula el envío de este tipo de documentos por vía diplomática.

Si lo que se quiere es cursar un máster, hay que poseer un título de grado y contactar con la universidad, que comprobará que el nivel de estudios es equivalente a los grados que ella ofrece. Y en el caso de un doctorado, demostrar que se han aprobado 60 créditos (un año académico) de un posgrado, un requisito imprescindible en España para embarcarse los doctorandos en la investigación que requiere una tesis. Tanto para máster como para doctorado no hace falta homologar el título.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_