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Ascenso, apogeo y decadencia de una banana

Lo que parecía un gesto espontáneo contra el racismo se convierte en ´meme´ blanco de críticas en Brasil

Raquel Seco
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el técnico de la selección italiana, Cesare Prandelli.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el técnico de la selección italiana, Cesare Prandelli.Roberto Monaldo (AP)

Fue un gesto tan rápido, tan contundente y aparentemente tan espontáneo que era imposible no emocionarse. Las entrañas respondían al instante: ojalá pudiésemos contestar a las injusticias con la metáfora de un mordisco. Dani Alves come la banana como quien se come al racismo, tituló este periódico.

Así empezó lo de la banana. Al fin y al cabo, dice la periodista española Delia Rodríguez, “un viral es una bomba cargada de emoción”. Y emoción, en ese vídeo, había de sobra.

Pocas horas después, medios brasileños revelaron que la campaña #somostodosmacacos, lanzada por Neymar (con 4,7 millones de seguidores en su perfil de Instagram) a raíz de lo de la banana, había sido idea de publicistas. "Junto al jugador y su equipo, realizamos esa acción por una necesidad. Hace unas semanas, Neymar y Daniel Alves sufrieron acciones racistas (…) Y él decidió que era necesario crear una campaña”, explicó al sitio web Meio e Messagem el vicepresidente de la agencia Loducca, Guga Ketzer. Inicialmente iba a ser Neymar quien se comiese el plátano, según explicó a la revista Veja, pero Alves se adelantó.

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En ese momento a usted, espectador del vídeo, quizá se le congeló un poco la emoción del principio.

El publicista respondió a las primeras críticas: “Intentar quitarle valor a la campaña por tener a una agencia detrás es un prejuicio tan grande como el del aficionado que tira la banana. No es una campaña para vender nada”. Este periódico trató de contactar a Guga Ketzer sin éxito.

Mientras tanto, al meme de Neymar se unían muchos futbolistas, pero también presentadores de televisión, cantantes como Xuxa, el primer ministro italiano Matteo Renzi… Y mientras el meme crecía, surgían las voces críticas de activistas y expertos que repetían que no, que macacos no somos todos, y que apropiarse del insulto no acaba con el problema. Y que a los jugadores millonarios no los matan arrastrándolos, moribundos, desde una patrulla a toda velocidad, no desaparecen en las favelas y no los atan a un poste en nombre de la justicia popular.

Mientras, y haciendo un alarde de rapidez, el presentador (blanco) de televisión Luciano Huck ha comenzado a vender en su web camisetas que rezan #notodossomosmacacos. Las llevan modelos guapos, blancos que sonríen. Ante la avalancha de críticas, la tienda virtual ha aclarado que dedicará el 100% de las ventas a ONGs. La sonrisa de quien se emocionó con Dani Alves sigue torciéndose hacia abajo.

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Sobre la firma

Raquel Seco
Periodista en EL PAÍS desde 2011, trabaja en la sección sobre derechos humanos y desarrollo sostenible Planeta Futuro. Antes editó en el suplemento IDEAS, coordinó el equipo de redes sociales del diario y la redacción 'online' de Brasil y trabajó en la redacción de México.

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