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La foca monje quiere volver a Canarias

Un grupo de expertos estudia reintroducir la especie amenazada en las islas

La foca monje del Mediterráneo, cuya población se estima en unos 500 ejemplares, es una de las 10 especies de mamíferos más amenazadas de la Tierra, según la Unión Internacional para la Naturaleza.

Fuerteventura podría ser el lugar donde salvaguardar su futuro. La isla es ideal para reintroducir y proteger la especie por su ubicación geográfica, a medio camino entre Madeira y Cabo Blanco —puntos donde todavía sobrevive la foca—. Además, tiene zonas de poca población humana y cuenta con grandes espacios protegidos o por proteger en el futuro cercano, según los expertos reunidos estos días en Fuerteventura para trabajar en el Plan de Acción para la Recuperación de la Foca Monje del Mediterráneo en el Atlántico Oriental.

La isla cuenta con recursos tróficos suficientes para que la foca se alimente, aunque también haya algo de sobreexplotación pesquera. Cualquier plan de introducción de la foca debería contar con el beneplácito y la colaboración de los pescadores, opina Pablo Martín Sosa, del Centro de Canarias del Instituto Español de Oceanografía. Sobre todo teniendo en cuenta el interés turístico y valor social de la foca monje, que podría compensar cualquier medida de restricción de la actividad pesquera. Por todo ello se ha propuesto la declaración del Lugar de Interés Comunitario (LIC) más grande de España: el del sur de Fuerteventura-Lanzarote.

Según los expertos, la reciente declaración de impacto ambiental sobre las prospecciones petrolíferas que Repsol quiere llevar a cabo en Canarias, ha coincidido con los retrasos en la tramitación de este nuevo espacio protegido y, además, no lo ha tenido en cuenta. “La descoordinación que ha existido entre los ministerios de Medio Ambiente e Industria ha sido patente”, añade Martín Sosa.

En el encuentro también se discutió la creación de un Banco de la Concepción al norte de la isla canaria de La Graciosa para una futura reintroducción de la foca monje en un lugar en el que ya estuvo esta especie.

El traslado de focas de unas islas a otras ya se ha llevado a cabo con éxito en otros lugares, según explicó Charles Littnan, responsable del programa de recuperación de Hawai, donde se lleva haciendo 30 años y el declive de la población se ha reducido de un 8% a un 0,5%. En el archipiélago del Pacífico hay 1.200 ejemplares y a cada uno se le ha hecho un exhaustivo seguimiento desde su nacimiento. Las principales razones para su traslado en Hawai fueron la falta de alimento para los jóvenes recién destetados, el ataque de tiburones y el comportamiento agresivo de machos adultos contra las hembras.

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