_
_
_
_
_

El Papa admite que hay un 2% de sacerdotes pedófilos

El Vaticano niega que Bergoglio haya incluido a cardenales entre los abusadores durante una entrevista con La Repubblica

El papa Francisco durante una audiencia en la plaza de San Pedro.
El papa Francisco durante una audiencia en la plaza de San Pedro. giampiero sposito (reuters)

El papa Francisco reconoce que, según datos fiables que le han proporcionado sus colaboradores, el porcentaje de pedófilos en el seno de la Iglesia es del 2%. “Lo considero gravísimo”, declaró Jorge Mario Bergoglio en una conversación con Eugenio Scalfari, el fundador del diario La Repubblica, “porque son sacerdotes e incluso obispos y cardenales; y otros, todavía más numerosos, saben pero callan”. El Papa, que hace solo unos días pidió perdón ante seis víctimas en el transcurso de una misa celebrada en el Vaticano, volvió a calificar los abusos sexuales a menores como “la lepra de la Iglesia” y garantizó que será implacable: “Como Jesús, usaré el bastón contra los curas pederastas”.

 La textualidad de la conversación, sin embargo, ha sido desmentida por el Vaticano. Su portavoz, el padre Federico Lombardi, asegura que algunos de los entrecomillados "han llamado mucho la atención y no pueden ser atribuidas al Papa. Es decir que entre los pederastas haya cardenales, y que el Papa haya afirmado con seguridad, con respecto al celibato, que encontrará las soluciones". Lombardi añade que, tal como ocurrió en un encuentro anterior del Papa y el fundador de La Repubblica, "lo que Scalfari atribuye al Papa, refiriendo entre comillas sus palabras, es fruto de su memoria de experto periodista, pero no de una transcripción precisa de una grabación y aún menos de una revisión de parte del interesado, a quien se le atribuyen afirmaciones".

Bergoglio se lamenta durante la conversación de que, por diversos motivos y no todos ellos loables, “la educación de los hijos ha desaparecido de las familias como deber principal”. Dice el Papa que esa “gravísima omisión” de la falta de valores abre la puerta a “otros vicios” en los que pueden llegar a participar padres, parientes y amigos: “La corrupción de un muchacho es lo más terrible e inmundo que se pueda imaginar, especialmente si, como demuestran los datos que he podido examinar directamente, una gran parte estos hechos abominables se producen en el interior de las familias o entre las amistades cercanas”.

Es entonces cuando Francisco reconoce refiriéndose a la Iglesia: “También nosotros tenemos esta lepra en casa”. Dice Bergoglio: “Muchos de mis colaboradores que luchan conmigo [contra la pederastia] me aseguran con datos fiables que calculan la pedofilia dentro de la Iglesia al nivel del 2%. Esto tendría que tranquilizarme, pero debo decirle que no me tranquiliza en absoluto. Lo considero más bien gravísimo. El 2% de los pedófilos son sacerdotes e incluso obispos y cardenales. Y otros, todavía más numerosos, saben pero callan. Me parece que esta situación es insostenible y mi intención es afrontarla con la severidad que requiere”.

Francisco asegura que la mayor parte de los abusos se dan en las familias, pero que "también la Iglesia tiene la lepra en casa"

En relación a la connivencia entre las mafias y la Iglesia, puesta de manifiesto hace unos días en Oppido Mamertina, un pueblo de Reggio Calabria donde la estatua de la Virgen fue detenida en señal de reverencia ante la casa de un capo de la ‘Ndrangheta, el papa Francisco volvió a ser taxativo: “Todo esto está cambiando y cambiará. Nuestra denuncia de la mafia no será hecha una vez, sino que será constante. La pederastia y mafia tendrán entre el resto de mis tareas --la Iglesia, el pueblo de Dios, los sacerdotes, la comunidad—un lugar principalísimo”. El pasado 21 de junio, durante un viaje a Calabria, el Papa dictó la excomunión de la mafia e involucró a la Iglesia a comprometerse en su combate: “La ‘Ndrangheta [la mafia calabresa] es la adoración del mal, el desprecio del bien común. Tiene que ser combatida, alejada. Y la Iglesia tiene que ayudar más”.

Sobre otra de las cuestiones sobre las que Francisco parece abrir una puerta –la posibilidad de que los curas puedan casarse--, dijo: “El celibato fue establecido en el siglo X, esto es, 900 años después de la muerte de nuestro Señor. La Iglesia católica oriental permite que sus sacerdotes se casen. El problema ciertamente existe, pero no es de gran entidad. Se quiere tiempo, pero hay soluciones y las encontraré”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_