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El CSN añade nuevos requisitos de seguridad para que Garoña pueda reabrir

La propietaria de la central, Nuclenor, solicitó en mayo alargar la vida útil 17 años más

Elena G. Sevillano

El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha aprobado en su reunión de hoy exigir nuevos requisitos a los propietarios de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) para que esta pueda reabrir. Entre ellos está una completa revisión de la vasija de su reactor que descarte defectos como el de la central belga de Doel, donde se hallaron pequeñas fisuras y que comparte fabricante con la central de Garoña.

Con cuatro votos a favor y uno en contra de la consejera Cristina Narbona --que formulará voto particular, según ha informado el CSN en una nota de prensa-- el pleno ha aprobado una Instrucción Técnica Complementaria (ITC) sobre la documentación y los requisitos adicionales asociados a la solicitud de renovación de la autorización de explotación de la central nuclear.

Nuclenor, titular de Garoña, presentó en mayo pasado ante el Ministerio de Industria la solicitud para renovar el permiso de funcionamiento de la planta, la más antigua de España en funcionamiento, inaugurada hace 43 años. La empresa, participada por Endesa e Iberdrola, pretende ampliar la vida útil de la instalación hasta el 2 de marzo de 2031, es decir, 17 años más. En esa fecha se cumplirían los 60 años de explotación comercial.

Organizaciones como Ecologistas en Acción y Greenpeace aseguran que la larga lista de requisitos es una prueba más de que Garoña no puede volver a funcionar. "¿Qué más hace falta para cerrar una central?", se pregunta Francisco Castejón, portavoz de energía nuclear de Ecologistas en Acción, que recuerda que la petición de 17 años es “irregular”, puesto que el CSN ha venido dándolas por 10 años y que una nueva directiva que prepara Bruselas habla de seis. Sobre la inversión que requerirá adecuar la central de Burgos a los nuevos requisitos, añade: "Si el CSN le otorgase 17 años más, podría compensar a sus dueños; menos no". 

 El Gobierno aprobó en febrero pasado un real decreto que establece que el cierre de las centrales solo será definitivo cuando se produzca por motivos de seguridad. Con este cambio legal, hecho a medida de la central de Burgos, el Ejecutivo estaba dando vía libre a Garoña para reabrir y volver a producir electricidad. La planta paró en diciembre de 2012 por cuestiones económicas, antes de que el 1 de enero entraran en vigor nuevos tributos que, según la empresa, comprometían su rentabilidad.

Antes del próximo 30 de septiembre Nuclenor deberá presentar una previsión de fechas para el cumplimiento de todas las exigencias adicionales solicitadas, ha añadido el CSN.

Nuclenor "esperará atener conocimiento oficial por parte del Consejo de Seguridad Nuclear para poder valorar adecuadamente el contenido de las decisiones adoptadas por el Pleno de ese organismo", ha asegurado la compañía en un comunicado publicado en su página web.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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