_
_
_
_
_

España se dispone a repatriar al sacerdote infectado de ébola

El avión medicalizado espera la indicación de Liberia para despegar en busca del religioso

El religioso Miguel Pajares, atendiendo a un paciente en una imagen de archivo.
El religioso Miguel Pajares, atendiendo a un paciente en una imagen de archivo.j. c. o. (efe)

Miguel Pajares, de 75 años, sacerdote de la orden de San Juan de Dios y superior del hospital católico de San José de Monrovia (Liberia), será repatriado tras confirmarse que es el primer español infectado por el virus del ébola entre los más de 1.600 casos que se han registrado desde que en marzo estalló el brote que ya se ha convertido el más mortífero de la historia. Además de Liberia, la epidemia afecta a Sierra Leona y Nigeria, y se ha cobrado casi 900 fallecidos.

Más información
El ébola causa 58 fallecimientos en África en los últimos dos días
El Ébola más mortífero de la historia
El ébola avanza sin control
El avance en la tecnología es clave para tratar a los pacientes
Ébola, lo fundamental
El miedo al ébola alimenta la expansión del virus en África
El Ébola más mortífero de la historia

Tras conocerse la noticia, el Ministerio de Sanidad informó de que el Gobierno ha activado el procedimiento para repatriar al enfermo, “de acuerdo con los protocolos de máxima seguridad de la Organización Mundial de la Salud”, que incluyen un avión medicalizado acompañado por personal especializado y fuertes medidas de aislamiento. Según Defensa, el aparato que debe transportar al religioso se encuentra preparado desde esta mañana en la base de Torrejón a la espera de que Monrovia informe de que todo está listo para el traslado. En principio el despegue puede producirse en torno al mediodía o primera hora de la tarde.

Con personal médico militar

Un Airbus A310 medicalizado del 45 Grupo del Ejército del Aire estaba listo para despegar esta madrugada desde la base de Torrejón para ir en busca de Pajares, informa Miguel González.La orden fue dada por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, después de que representantes de su ministerio, de los de Sanidad e Interior y de la Agencia Española de Cooperación Internacional mantuviesen una reunión por videoconferencia en coordinación con Protección Civil Europea. En el avión, que ya está operativo, viajará personal de la Umaer (Unidad Médica de Aeroevacuación) con base en Torrejón de Ardoz. Como personal militar viajarán dos médicos, un enfermero y dos técnicos. 

Fuentes de la Comunidad de Madrid precisaron que entre las opciones que se manejan para trasladar y tratar al religioso figura el hospital de La Paz, informa Emilio de Benito.

Un hombre muerto en las calles de Monrovia (Liberia), posiblemente fallecido por el virus del ébola.
Un hombre muerto en las calles de Monrovia (Liberia), posiblemente fallecido por el virus del ébola.Abbas Dulleh (AP)

La Fundación Juan Ciudad ONG, que ejerce como portavoz de la orden de la que forma parte el sacerdote, fue quien hizo público el contagio, a partir de la información recibida del Ministerio de Sanidad de Liberia, que ha practicado los análisis.

Pajares, nacido en La Iglesuela (Toledo) se encuentra débil, con fiebre y aislado desde el pasado viernes junto a otras cinco personas en el hospital de Monrovia, que permanece cerrado desde entonces. El tratamiento que recibe se limita, básicamente, a paracetamol para controlar su temperatura y líquidos para combatir la deshidratación. Otras dos religiosas que comparten cuarentena —las misioneras de la Inmaculada Concepción Chantal Pascaline Mutwamene, congoleña, y Paciencia Melgar, de Guinea Ecuatorial— también están contagiadas.

La situación de las seis personas que permanecen en las instalaciones hospitalarias “es grave”, según el comunicado de la ONG. Junto a los tres infectados por el virus, en el hospital se encuentran Juliana Bohi, religiosa española de origen ecuatoguineano; George Combey, un sacerdote ghanés, y el administrador del hospital.

Pajares atendió al director del hospital, el camerunés Patrick Nshamdze, que el sábado murió de ébola. Unas primeras pruebas de detección del patógeno practicadas a su compañero resultaron negativas, por lo que el religioso siguió alimentando y cuidando a Nshamdze, a quien finalmente se le diagnosticó la enfermedad. Ahora, es Pajares quien se enfrenta al patógeno, que se contagia por contacto con los fluidos corporales de los enfermos, como el sudor o la sangre.

Confirmada la infección, los esfuerzos de la orden del sacerdote toledano se han orientado en dos direcciones, según un portavoz de la Fundación Juan Ciudad. La primera consiste en repatriar a Miguel Pajares para que sea atendido en España, lo que se producirá de inmediato.

La intención de la orden de San Juan de Dios es que se traslade también a España a las dos monjas infectadas, y en la solicitud de repatriación urgente de Pajares que trasladó este martes la ONG a Exteriores se refiere también explícitamente a ambas. “Esta cuestión forma parte de las gestiones que estamos realizando”, indicó un portavoz de la fundación. “Sería una crueldad separarlos, forman parte de la misma comunidad desde hace años”, añadió. Sanidad no se manifestó a este respecto.

Pero había una segunda cuestión que atender. Antes de gestionar el regreso había que evitar el traslado inmediato de los infectados —como marca el protocolo de actuación local— al centro de aislamiento que ha dispuesto el Ministerio de Sanidad de Liberia en Elwa, en las afueras de Monrovia, donde se concentran los casos de la zona. “En el hospital hay un lugar específico para mantener las condiciones de aislamiento y, además, hay personal que puede cuidarlos”, explicaban desde la ONG.

El objetivo de todas estas gestiones era cumplir con el deseo de Pajares. “Me gustaría regresar porque tenemos muy mala experiencia de lo que ha sucedido aquí. Estamos abandonados y no nos satisfacen. Queremos ir a España y que nos traten como personas, como Dios manda”, comentó el martes a la agencia Efe antes de conocer que Defensa estaba preparando un avión para su traslado. “Deseamos que se llegue a alguna solución para que nos lleven a España”, insistió, “aunque sé que es muy complicado porque habría que fletar un avión y no es nada fácil”. La voz se le entrecortaba y era débil: “Estoy francamente mal. Soy incapaz de levantar cabeza”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_