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OBITUARIO

Peter Scholl-Latour, el aventurero eterno

El periodista y escritor alemán fue prisionero del Vietcong y narró la guerra de Vietnam en ‘Muerte en el arrozal’

Peter Scholl-Latour, en febrero pasado en Berlín.
Peter Scholl-Latour, en febrero pasado en Berlín.TIM BRAKEMEIER (EFE)

Cuando Peter Scholl-Latour, el gran señor del periodismo alemán, cumplió 90 años en marzo pasado, el mundo político y periodístico alemán le rindió homenaje y la canciller Angela Merkel se atrevió a enviarle un mensaje de felicitación donde admitía que apreciaba sus comentarios. Scholl-Latour, no se dejó impresionar por los halagos recibidos y confesó a un periódico de Berlin que había podido cumplir los 90 años, porque nunca se había jubilado. “De haberlo hecho estaría muerto hace ya mucho o me habría vuelto un idiota”, dijo y admitió que ya estaba preparando un nuevo viaje.

Pero el gran aventurero, un periodista dueño de una curiosidad infinita y que era capaz de explicar las grandes crisis del planeta en tan solo 15 minutos, fue derrotado por la enfermedad. El pasado 16 de agosto, la editorial Propyläus anunció con tristeza que Peter Scholl-Latour había muerto en su casa en Rhöndorf am Rhein. “El vivió de cerca guerras y guerras civiles, desde Argelia y Vietnam, a Irak y Afganistán, y gracias a sus reportajes, libros y películas, los alemanes pudieron conocer el mundo más de cerca”.

Por ejemplo, la caída del Sha de Irán y el comienzo de la revolución de los ayatolas. Scholl-Latour fue el único periodista que pudo entrevistar a Jomeini a bordo del avión que lo transportaba a Teherán. En el vuelo, el ayatolá le entrego un sobre y le pidió que lo guardara en el caso de que fuera arrestado o asesinado a su llegada. Cuando Jomeini cruzó los controles, el periodista le devolvió el sobre y regresó al avión para volar a Paris para poder contar al mundo su conversación con el ayatolá. Fue un golpe periodístico espectacular y solo cinco meses después el periodista se enteró del contenido del sobre. Era el primer borrador de la nueva Constitución de la república islámica.

Scholl-Latour nació bendecido con el don de la curiosidad y desde muy joven desarrolló una extraña pasión por la aventura. Cuando pudo huir de la Alemania nazi (su madre era judía) intentó unirse a los partisanos de Tito, pero fue detenido por la Gestapo en Praga. Cuando acabó la guerra se enlistó en una unidad de paracaidistas franceses de elite para combatir en Indochina. Fue su primera experiencia con un país que marcaría toda su vida como periodista.

Su experiencia en Vietnam, donde fue hecho prisionero por el Vietcong la resumió en un libro legendario –Muerte en el arrozal. 30 años de guerra en Indochina-, que se convirtió en el mayor bestseller en la Alemania de postguerra. “Fue la vivencia más intensa, aventurera y difícil de olvidar para todos los profesionales de la información que hemos vivido situaciones parecidas en Africa y Oriente Medio”, dijo el periodista cuando presentó su libro en Madrid en diciembre de 1980.

Scholl-Latour fue también el mayor experto del mundo árabe gracias a otra debilidad suya. Gracias al dominio del idioma que aprendió mientras estudiaba en la universidad de Saint Joseph en Beirut, el periodista conocía de primera mano los problemas de la región y fue capaz, cuando estalló la famosa primavera árabe de pronosticar el futuro que le deparaba la revuelta a países como Libia, Siria y Egipto.

“Todas las esperanzas que nacieron con la primera árabe eran totalmente desproporcionadas”, se atrevió a decir ante las cámaras de televisión. “Se trata de una catástrofe árabe y ahora todos los países están peor de cómo estaban antes de la revuelta”. Con respecto a la guerra en Siria, Scholl Latour fue un poco más lejos y denunció que la ayuda que Estados Unidos y sus aliados daban a los rebeles solo servía para alimentar y fortalecer al grupo terrorista Al Qaeda.

La fama de Scholl-Latour comenzó a nacer en 1960 cuando el periodista aceptó un trabajo como corresponsal de la primera cadena de televisión alemana (ARD) en Africa. Tres años después fundó la oficina de la ARD en Paris que dirigió hasta 1969. En 1979 regresó a Alemania para trabajar como jefe de corresponsales de la segunda cadena pública (ZDF) y en 1975 regresó a Paris como corresponsal, cargo que ejerció hasta 1983.

La leyenda nació cuando el periodista se dedicó a escribir libros (más de treinta), todos basados en su experiencia personal y la mayoría críticos de las opiniones de occidente y de la propaganda estadounidense. “¿Como puede Estados unidos defender los derechos humanos cuando mata asesina con drones?”, dijo en una entrevista reciente que fue homenajeado por su editorial como uno de los grandes del periodismo alemán y una “ mezcla exitosa de Marco Polo y Ernest Hemingway”.

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