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Cañete vende sus acciones en petroleras ante el examen del Parlamento europeo

El designado como comisario de Energía y Cambio Climático ordenó vender sus participaciones cuando fue nombrado por Juncker

Claudi Pérez

Sus polémicas declaraciones tras el debate con Elena Valenciano y sus intereses empresariales auguran dificultades al exministro español Miguel Arias Cañete para ser comisario de Clima y Energía en la Comisión Europea. Cañete pidió perdón en su día por sus ataques a Valenciano, y acaba de poner en marcha un movimiento estratégico para desactivar los recelos: ha vendido las participaciones que poseía en dos empresas petroleras, Ducor y Petrologis Canarias, centradas en el almacenamiento de combustible. El candidato español se someterá a una audiencia en la Eurocámara a partir del 29 de septiembre, pero ni las declaraciones ni las ventas le evitarán un mal trago: los socialistas españoles han confirmado ya que votarán en contra, y los recelos van más allá de la izquierda española.

El presidente de los Socialdemócratas en el parlamento, Gianni Pittella, aseguraba esta mañana que su grupo “será duro” con un candidato “controvertido”, pero no destapó su intención de voto: “Los socialdemócratas tenemos una dimensión europea. Y la decisión final no se tomará basada en parámetros nacionales, sino por el papel de Cañete durante la audición”. Fuentes parlamentarias apuntan a un acuerdo entre populares y socialdemócratas para evitar sorpresas con los comisarios de ambos bandos. Pittella niega cualquier tipo de pacto.

El PPE se felicitaba esta mañana por la decisión de Cañete, aunque la operación de venta de las acciones no concluirá hasta el próximo jueves. El propio exministro ha asegurado que teniendo en cuenta “los recientes comentarios” sobre sus participaciones empresariales –que le han granjeado duros ataques, como el del socialdemócrata alemán Jo Leinen--, dio instrucciones para vender las acciones “en el mismo momento” en que fue designado comisario de Clima y Energía “para evitar la mínima sospecha de conflicto de intereses”. Aun así, las sospechas van a continuar. Sus dos participaciones estaban valoradas en 326.000 euros, según su declaración de bienes al Congreso de 2011. Su cuñado, Miguel Domecq, dirige Petrologis y Ducar.

Entre los Verdes, la movilización está asegurada: “No sabemos si trabajará en beneficio de sus intereses o para el interés general”; forma parte de un Gobierno “que ha hecho una apuesta clara por el fracking y las prospecciones petrolíferas, cuya legislación energética ha agravado la situación de pobreza energética de millones de personas en España y que ha modificado la legislación fiscal sobre las renovables con el único fin de favorecer a las grandes compañías energéticas”, ha afirmado la eurodiputada Marina Albiol (IU) en el Parlamento Europeo. “Ponerle al frente de Clima y Energía es como poner al zorro a cuidar de las gallinas”, según Albiol.

Cañete ha adoptado un perfil bajo desde su designación. Y tiene todavía un segundo frente abierto: el propio presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, le ha pedido que aclare las declaraciones machistas que realizó durante la campaña electoral europea –si un hombre “demuestra su superioridad intelectual” parece “machista”—durante su audición. El Europarlamento ha dado ya sobradas muestras de que puede rechazar a algún candidato: lo hizo con el italiano Rocco Buttiglione en 2004 y la búlgara Rumiana Jeleva en 2010.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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