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La ONU trata de definir la agenda contra el cambio climático

Los compromisos que anuncien los países en la Cumbre del Clima servirán de base para la negociación del futuro Tratado

El actor Leonardo Di Caprio interviene este martes en la Cumbre del Clima.
El actor Leonardo Di Caprio interviene este martes en la Cumbre del Clima. JUSTIN LANE (EFE)

Naciones Unidas celebra una cumbre especial para volver a colocar la lucha contra el cambio climático sobre los carriles, presionada por la opinión pública y por las nuevas evidencias científicas. La retórica habitual de los líderes mundiales sobre las consecuencias de la inacción ha venido acompañada esta vez de iniciativas específicas para reducir los gases de efecto invernadero y financiar proyectos verdes. Compromisos que ahora deberían plasmarse jurídicamente en un Tratado que se espera adoptar en París en 2015.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó ante los 126 jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Nueva York, que “no estamos aquí para hablar”. El cambio climático, señaló, “amenaza la paz, la prosperidad y los sueños de miles de millones de personas”. Por eso, el surcoreano pidió a los miembros una visión clara para conseguir que al final del siglo no se emita más de lo que la naturaleza puede absorber.

Al Gore, una de las voces más influyentes de la lucha contra el calentamiento, recordó en la ceremonia de apertura de la Cumbre del Clima que “solo un grado” marca la diferencia entre el hielo y el agua, para dar dimensión al problema y al reto de limitar la elevación de la temperatura global. El exvicepresidente de EE UU dijo: “Hemos entrado en un periodo de consecuencias”. “Vivimos en el mundo que hemos creado”.

Leonardo DiCaprio, nuevo mensajero de la ONU contra el cambio climático, dijo que el calentamiento global se ha visto hasta ahora como una ficción. “Sabemos que no lo es. Nada es retórica o histeria”, insistió ante los líderes mundiales a los que adviritió de que está en sus manos hacer historia salvando al planeta o ser vilipendiados si fracasan.

“Como actor, finjo para vivir. Vosotros no”, concluyó en su emotiva y directa alocución. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, como representante de la ciudad anfitriona, dijo que todos saben que “la humanidad afronta una amenaza a su existencia”. Es un reto para todos, nadie se libra”. Para la ciudad de los rascacielos “es particularmente urgente”, defendió.

Camino a París

La cumbre convocada por Ban, sin embargo, no se pensó en principio para negociar y el proceso que debe llevar a la firma de un nuevo tratado internacional se sigue viendo entorpecido por las diferencias sobre quién tiene que pagar que mantienen los países desarrollados y los emergentes  El objetivo era servir más bien de catalizador de cara a los próximos 15 meses de discusiones. "Tenemos que acelerar el paso para proteger nuestra casa común", dijo el presidente de México, Enrique Peña Nieto.

La cumbre de Copenhague hace cinco años fue una gran decepción y, como dijo el primer ministro francés Francois Hollande, hay que evitar que se repita. Los países fueron incapaces entonces de llegar a un acuerdo para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Solo un grupo pequeño decidió ir por su cuenta, tras casi dos semanas de discusiones.

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La próxima cita será el próximo diciembre en Lima (Perú), donde se deberían sentar las bases de la negociación para poder cerrar un nuevo tratado en la cumbre prevista para finales de 2015 en París. Hollande dijo que la convención internacional convertirá en actos jurídicos los compromisos que se adopten hasta entonces. El futuro acuerdo debería entrar en vigor en 2020.

Esta vez, a diferencia de Copenhague, desde la ONU se pretende afrontar el proceso con estrategia y tácticas diferentes, para evitar un fiasco similar. La cumbre convocada por Ban Ki-moon establecerá así “una agenda de soluciones” que marque el camino hacia París, cuyos compromisos anunciados se puedan integrar en el texto final. Un tratado que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff , dijo debe ser “vinculante y universal”.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha asegurado por su parte que "no hay conflicto entre un ambiente sano y un crecimiento robusto". Además, ha dicho que las grandes economías como la de EE UU y China tienen la responsabilidad de liderar este proceso, porque "ninguna nación puede afrontar este reto por si sola". Obama se declaró a favor de llegar un acuerdo "ambicioso, inclusivo y flexible", aunque un texto vinculando podría crearle problemas con el Congreso.

Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, también advirtió de que si no se alcanza en París la meta de limitar la temperatura, "los cambios serán catastróficos". Por eso pidió un acuerdo "aplicable para todos". En este sentido, se mostró partidario de aplicar un precio al carbono que desincetive las emisiones, asunto que se abordará en el almuerzo de los líderes. La chilena Michelle Bachelet pidió que los principios de "igualdad y justicia" social se integren en el futuro marco legal.

Iniciativas

La cumbre de Nueva York sirvió, además, para poner en evidencia que la lucha contra el calentamiento del planeta no la lideran los gobiernos, sino las empresas, las comunidades, las ciudades y las regiones. Se creó, por ejemplo, lo que se ha bautizado como el Compact of Mayors, un grupo integrado por cerca de 200 ciudades mundiales que voluntariamente se comprometen de forma colectiva a reducir las emisiones por un valor equivalente al 50% del uso de carbón en todo el mundo.

También ha nacido una alianza similar en el sector del transporte, con el objetivo de desarrollar tecnologías que permitan aumentar la flota de vehículos eléctricos o para aumentar la eficiencia energética del ferrocarril y la aviación. Si se mantiene la situación actual, las emisiones de este sector crecerán un 50% para 2030 y un 80% para 2020 frente a los niveles de 2009.

Las multinacionales del sector energético también participaron en la cumbre, porque se considera que los contaminantes también deben ser parte de la solución. En concreto, compañías como la italiana ENI, la mexicana Pemex o la noruega Statoil sumaron fuerzas con los gobiernos para reducir las emisiones de metano derivadas de su actividad productiva.

Los países siguen jugando, sin embargo, un papel clave en el proceso para que haya una acción concertada que permita acelerar el abandono de la economía fósil. Los activistas de Greenpeace, WWF o Sierra Club insisten en que el fin de la recesión económica, el avance tecnológico y las evidencias científicas no dan margen para seguir bloqueados en este atolladero y por eso urgen a que actúen con decisión y de forma colectiva. “Aquí no hay opciones”, como dijo Gore. "Los seres humanos somos la causa pero también debemos ser la solución", añadió Nieto.

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