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Despedido el jefe de la investigación portuguesa del 'caso Madeleine'

Gonçalo Amaral ha sido cesado después de acusar a través de la prensa a la policía británica de favorecer al matrimonio McCann

El director Nacional de la Policía Judicial, Alipio Ribeiro, ha cesado hoy de manera fulminante al comisario Gonçalo Amaral, jefe de la investigación del caso Madeleine y director del Departamento de Investigación Criminal de Portimão, después de que éste acusara a través de la prensa a la policía británica de favorecer al matrimonio McCann "investigando lo que a la pareja le interesa y le conviene" y "olvidando que son sospechosos de la muerte de su hija".

Las opiniones de Amaral, publicadas en Diario de Noticias, fueron desautorizadas poco después por el propio ministro de Justicia portugués, Alberto Costa, quien señaló que en el caso Madeleine "la relación entre la policía judicial lusa y la policía británica es de provechosa cooperación". "Tenemos que concentrarnos en el trabajo, en el caso, y no en el comentario", añadió el ministro durante la conferencia de prensa convocada para informar sobre la reunión informal de ministros de Justicia de la UE en Lisboa.

"La Policía británica ha estado trabajando únicamente sobre aquello que el matrimonio McCann desea", había dicho Amaral en DN para quitar crédito a la información divulgada el día anterior por varios diarios británicos sobre un correo electrónico anónimo que fue enviado a la página web del príncipe Carlos y en el que se acusaba a una ex empleada del Ocean Club de haber raptado a Madeleine para vengarse de los administradores del complejo turístico por haberla despedido.

Amaral, de 47 años, explicó que el complejo Ocean Club, del que desapareció Madeleine, "está situado en Praia da Luz, Portugal, y no en Londres, lo que significa que todo lo que diga respecto al complejo y a sus respectivos funcionarios (actuales o antiguos) ya fue o está siendo investigado por la Policía Judicial".

El diario lisboeta recordaba también que pocos días antes de que los McCann fuesen declarados sospechosos oficiales por la PJ, un alto responsable del cuerpo comentó en público: "Después de habernos buscado una guerra con los medios británicos, ahora nos vamos a buscar otra con la Policía británica".

La tesis oficial de la dirección de la Policía Judicial, y la del Gobierno portugués, siempre ha recalcado que las decisiones importantes sobre el caso se han tomado de manera colegiada con la policía británica. Fuentes de la PJ dijeron hace unos días a este diario que el propio Amaral siempre destacó que la decisión de llevar al Algarve a los dos perros policías británicos, cuya ayuda resultó crucial para virar el rumbo de la investigación hacia la muerte de la niña, había sido sugerida por los propios agentes británicos.

Esas mismas fuentes explicaron que Amaral "está convencido al 100% de que Madeleine murió el 3 de mayo en el apartamento", y "consideraba que el caso estaba suficientemente maduro como para acusar ya a los padres". Otra tendencia dentro de la PJ del Algarve, señalan esas mismas fuentes, "cree que lo adecuado es realizar nuevas diligencias y buscar pruebas más sólidas para avanzar en una acusación".

Amaral, de 47 años, es un comisario especializado en estupefacientes que se hizo célebre hace dos años, cuando resolvió un caso de supuesto rapto similar al de Madeleine, el caso Joana. La PJ acusó a la madre y al tío del asesinato de la niña y de la ocultación de cadáver tras obtener la confesión de la madre en un interrogatorio que originó una acusación de torturas contra tres policías, y que salpicó también a Amaral, que resultó acusado de denegación de auxilio y falso testimonio.

Las críticas lanzadas ayer contra sus colegas británicos completa la visión expresada por el presidente de la Asociación Sindical de los Funcionarios de Investigación Criminal, Carlos Anjos, que en días pasados acusó a Gerry y a Kate McCann de "pretender distraer e interrumpir la investigación al anunciar a diario un hecho nuevo".

A juicio de este líder sindical, el matrimonio de médicos "inició una campaña de descrédito de la policía portuguesa desde que ésta presentó la teoría de la muerte de la niña, en vez de la del rapto, que era la que a ellos les convenía".

Fuentes cercanas a la familia McCann habían sugerido el día anterior, en un artículo publicado en The Times, que la pareja quiere ver revocado su actual estatuto de sospechosos antes de Navidad, y que su equipo de abogados está preparando una investigación paralela para presentársela al fiscal del caos".

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