_
_
_
_
_

El bótox puede servir para tratar la incontinencia

El Hospital de Parapléjicos de Toledo ensaya esta terapia en personas con lesión medular

La toxina botulínica (bótox) no sólo sirve para la cirugía estética. Su capacidad para matar nervios puede tener otras aplicaciones. Una de ellas, que se ha probado en el hospital Nacional de parapléjicos de Toledo, es su uso para tratar la incontinencia asociada a lesiones medulares. La Asociación Española de Urología va a recopilar datos que avalen su uso.

Este nuevo empleo del bótox se ha tratado en la XVIII Reunión del Grupo de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica que se ha celebrado en Toledo. "La toxina es un fármaco que inhibe la contracción del músculo. Existe un tipo de incontinencia de orina que se produce porque hay una contracción involuntaria del músculo de la vejiga. Hasta ahora, para estos casos se utilizaban los fármacos anticolinérgicos. Pero estos medicamentos tienen algunos efectos adversos como son la sequedad de boca o la visión borrosa, por lo que algunos pacientes no los toleran bien. Ahora contamos con esta opción, que se administra a través de una inyección, pero con menos efectos secundarios", explica Miguel Virseda, médico adjunto del Servicio de Urología del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.

La primera vez que la toxina botulínica tuvo una aplicación médica fue en el año 1977 como tratamiento corrector del estrabismo. Desde entonces, su uso se ha extendido no sólo en el ámbito médico sino también en otras áreas paramédicas, como es la estética. En medicina, la neurología es una de las especialidades en las que ha demostrado aportar mayores beneficios terapéuticos, sobre todo en ciertas enfermedades caracterizadas por movimientos involuntarios (distonías).

En el ámbito de la Urología, el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, ha sido pionero en utilizar la toxina botulínica en enfermos con incontinencia secundaria a lesiones medulares. "Además de la pérdida de orina que sufren estos pacientes, presentan otras alteraciones en la vejiga que pueden llegar incluso a producir el daño renal. Por lo que uno de los objetivos de administrar esta terapia es paralizar la vejiga", asegura Virseda.

En este hospital se está llevando a cabo un estudio, que pretende reunir la mayor cantidad de datos posibles que sirvan de base científica para que este medicamento obtenga la indicación para tratar la incontinencia de orina en los pacientes con lesión medular. "Hasta ahora", señala el doctor Virseda, "se hacía a través de uso compasivo, un procedimiento administrativo que exige solicitar una autorización del Ministerio de Sanidad. Con este ensayo pretendemos recopilar información sólida que justifique esta nueva indicación". "Los datos recogidos hasta el momento, apuntan a que es un medicamento muy eficaz en hasta el 60% de los pacientes con una capacidad vesical muy reducida. Asimismo, lo estamos utilizando para evitar la contracción del esfínter, un músculo de la uretra, que a veces se contrae con la vejiga, lo que supone un riesgo para el riñón. Hasta ahora en estos casos, si no funcionaba el tratamiento con anticolinérgicos se recurría a la cirugía, por lo que con la toxina botulínica, además de lograr la misma eficacia terapéutica, se evita la intervención y sus posibles riesgos", concluye Virseda.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_