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El PP balear justifica un hotel junto a una playa virgen por la creación de empleo

El consejero de Turismo defiende el proyecto a 150 metros del arenal en Sa Ràpita

La playa de Es Trenc, en Mallorca.
La playa de Es Trenc, en Mallorca.TOLO RAMÓN

Para el PP, que gobierna con hegemonía en Baleares, el municipio mallorquín de Campos “tiene derecho a tener su propio negocio, su industria hotelera, y no aportar siempre una playa (la célebre y natural de Es Trenc) para el negocio de otros municipios”. El consejero balear de Turismo, Carlos Delgado, argumentó este martes así, y en “los 120 millones de inversión y los 1.000 puestos de trabajo” que en teoría generará la obra, la construcción del hotel gigante de la empresa Es Mirador des Trenc.

La parcela es urbanizable desde los ochenta y su explotación sobre planos fue avalada en su día por la izquierda. Tiene 20 hectáreas, está en Sa Ràpita y roza los límites de protección del Área Natural de Especial Interés Es Tren-Es Salobrar de Campos, marcados en la ley balear pionera de 1984. La presión popular en Mallorca salvó este enclave del urbanismo salvaje.

El posible establecimiento quedará al lado del arenal virgen de Sa Ràpita-Ses Covetes, que forma una continuidad paisajística con Es Trenc. Está integrado en el mismo espacio natural sin urbanizar. El establecimiento de 1.200 plazas, si finalmente es levantado, puede ser el mayor complejo hotelero construido junto a una playa natural en el litoral de Baleares en tres décadas. Será el de mayor capacidad de los construidos desde la dictadura en el entorno, cuando los hoteles tenían sus cimientos en la arena, rozando el mar.

“Me tiene sin cuidado” y “no es importante”, respondió el consejero Delgado a las preguntas sobre qué empresa construirá o gestionará el hotel y si existe un proyecto arquitectónico formal presentado antes de otorgar el aval autonómico. Un profesional y empresario hotelero mediano, Damián Tomás, figura como representante en el decreto. “No hay nada formalizado”, indicó Delgado. La decisión es “política”. Delgado aduce que Es Trenc, el núcleo, “está a cinco kilómetros” del solar, por lo que no afecta a una playa virgen ni obliga a cambiar leyes. La ley balear hizo llegar la protección hasta los mismos hitos del solar.

El Gobierno balear de José Ramón Bauzá otorgó el “interés autonómico” a ese y otro proyecto polémico hotelero en la zona sensible de Canyamel, por “la importancia y urgencia de la inversión para una rápida salida a la crisis”, según consta en el documento publicado en el Boletín Oficial. El poder balear, insular y local garantizan que los plazos de tramitación se reducirán a la mitad. El proyecto, resaltó el consejero, tuvo “las bendiciones de todos los grupos de Campos”. El ministro de Industria y Turismo, José Manuel Soria, adoctrinó a los consejeros autonómicos para “atender especialmente a la inversión privada”.

El diputado Antoni Alorda (PSM) opinó que el proyecto de Es Mirador des Trenc es “una barbaridad”, aunque reconoció “el pecado” del Gobierno balear del Pacto de Progreso, del que su partido formó parte en dos legislaturas, pues no se quitó la etiqueta de urbanizable al área de Sa Ràpita donde está previsto el hotel.

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