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El 15% de los casos de párkinson se diagnostica en menores de 45 años

En 2050 se triplicará el número de afectados Cuatro de cada 10 enfermos empiezan con síntomas de depresión

El diagnóstico precoz está cambiando la percepción del párkinson. Esta enfermedad neurodegenerativa, que en España afecta a entre 100.000 y 150.000 personas, se detecta cada vez a edades más tempranas. Tanto, que un 15% de los 10.000 diagnósticos anuales se produce ya en menores de 45 años, según un estudio de la Sociedad Española de Neurología (SEN), publicado con motivo del día mundial contra la enfermedad que se conmemora mañana.

La incidencia hace que el párkinson sea la segunda dolencia neurodegenerativa más frecuente en España, solo por detrás del alzhéimer. Con un mejor diagnóstico y tratamiento y el envejecimiento de la población se calcula que en 2050 se triplicará el número de afectados.

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“En los últimos años, la incidencia de esta patología en gente más joven, pero también en el resto de la población, parece haber aumentado, aunque esto es debido principalmente a que el diagnóstico de esta dolencia se realiza mucho antes. En todo caso, el diagnóstico de esta enfermedad sigue siendo un aspecto a mejorar”, afirma Rosario Luquín Piudo, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento de la Sociedad Española de Neurología (SEN). “El principal problema para su diagnóstico es que se trata de una enfermedad de la que no se conocen exactamente sus causas: aproximadamente un 10% se consideran hereditarias, un 5% podrían tener un origen ambiental o tóxico, pero del 85% restante se desconoce su origen. Una dificultad importante en el diagnóstico preciso de esta enfermedad radica en que hoy por hoy, no existe una prueba de laboratorio o de imagen que permita establece con total garantía que un sujeto tiene una enfermedad de párkinson. Por otro lado el hecho de que en muchas ocasiones la enfermedad se manifieste por distintos síntomas que, además, pueden ser achacables a otras enfermedades, dificulta todavía más el proceso diagnóstico”, añade.

Esa variedad de primeros síntomas se comprueba porque en un 40% de los casos, la primera manifestación del párkinson es la depresión. Un 33% experimenta trastornos del sueño y/o disfunción sexual.

Lo que sí se sabe es la manifestación clínica de la enfermedad: la falta de producción de una sustancia neurotransmisora, la dopamina. Ello es la base de los tratamientos actuales, tanto farmacológicos como quirúrgicos.

Pero estos no están exentos de efectos secundarios. El 15% de los pacientes en tratamiento pueden desarrollar conductas adictivas como ludopatía o hipersexualidad, afirma la SEN.

Con el avance de los diagnósticos y el aumento de los casos tempranos, se están estudiando mecanismos para frenar la progresión de la enfermedad. La sociedad de neurología afirma que técnicas como el taichí o la gimnasia pueden ser beneficiosas. “Ya se conocía que la actividad física es casi tan importante como el tratamiento farmacológico para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Pero estos dos nuevos estudios indican que realizar actividades físicas combinadas es lo más eficaz. De esta forma, se puede aconsejar una pauta de taichí para mejorar el equilibrio y la marcha, y un ejercicio más vigoroso para fortalecer las habilidades motoras", concluye Luquín.

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