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Sandusky, culpable de abusar de menores

El exentrenador de fútbol americano ha sido declarado culpable de 45 de los 48 cargos que se presentaban contra él. La sentencia se dictará en tres meses y el acusado se podría enfrentar a la cadena perpetua

Carolina García
Condado de Bellefonte, que muestra al exentrenador asistente de fútbol americano de la Universidad de Penn State, Jerry Sandusky, quien fue condenado por abusos sexuales a niños
Condado de Bellefonte, que muestra al exentrenador asistente de fútbol americano de la Universidad de Penn State, Jerry Sandusky, quien fue condenado por abusos sexuales a niñosCENTRE COUNTY CORRECTIONAL FACIL (EFE)

Esta semana se ha cerrado uno de los capítulos de acoso sexual a menores que más ha conmocionado a la opinión pública de Estados Unidos. Un jurado ha declarado culpable  a Jerry Sandusky de abusar reiteredamente de 10 menores a lo largo de 15 años. El jurado, formado por siete mujeres y cinco hombres, ha decidido así tras 20 horas de deliberación -dos días de sesión- que este hombre de 68 años es responsable de 45 de los 48 cargos que se presentaban en su contra, alegando que el testimonio gráfico presentado durante el transcurso del juicio por parte de ocho víctimas –algunas todavía adolescentes- es más que suficiente para condenarle. Sandusky podría enfrentarse a cadena perpetua.

Tras la lectura del veredicto, el juez ha ordenado su traslado a la prisión del condado. En tres meses se dictará sentencia. El arresto de Sandusky, en noviembre de 2011 afectó, además, al prestigio de la Universidad de Penn State (Pensilvania) en la que trabajaba como entrenador ayudante de fútbol americano y provocó el despido del ya fallecido Joe Paterno, legendario entrenador del equipo del centro educativo.

Instantes después de la lectura de los cargos por parte del juez, el exentrenador se levantó de su asiento con lágrimas en los ojos, según explica el diario Los Ángeles Times, se despidió de su familia y fue trasladado en coche, camino de la cárcel. En esta ocasión, el exentrenador no podrá pagar fianza para su liberación. En diciembre de 2011, cuando comenzó el proceso, Sandusky pagó 250.000 dólares (unos 200.000 euros) para conseguir su libertad provisional, gracias a la cual ha permanecido hasta ahora bajo arresto domiciliario. Durante el transcurso del juicio Sandusky no ha subido en ningún momento al estrado para defenderse, aunque sí que se ha declarado inocente de los cargos que se le imputaban.

Durante la investigación, otros dos trabajadores del centro educativo, el director deportivo Tim Curley y el vicerrector Gary Schultz, han sido también acusados de no denunciar los casos de abuso y sobre ellos pende la sospecha de perjurio por los testimonios que han presentado durante la vista.

“Desde el principio sabíamos a lo que nos estabamos enfrentando, por lo que si hubiera ocurrido lo contrario, hubiera sido una sorpresa”, ha dicho el abogado defensor Joe Amendola a los periodistas en las escalinatas del tribunal, situado a pocos kilómetros de la universidad estatal de Pensilvania, según informa la agencia Associated Press. Sandusky se ha mantenido imperturbable durante la lectura del veredicto, “y no ha dicho nada, simplemente se ha entregado”. “Creo que Jerry estaba preparado para esto”, ha añadido el letrado.

La fiscal Linda Kelly ha definido al jurado como un grupo de hombres y mujeres valientes: “Era un caso extremadamente díficil sobre los abuso perpetrados por este hombre, para muchos olvidados ya”, ha explicado al mismo diario. “Además espero que este veredicto ayude a las víctimas a curarse por dentro e incluso anime a otras a denunciar”, ha enfatizado la fiscal. El jurado ha llegado al consenso de que Sandusky es “un depredador pedófilo”, según explicó otro miembro de la Fiscalía, que presentó 21 testigos para apoyar su alegato, Joseph McGettigan III.

Por su parte, el equipo defensor del exentrenador ha luchado duro por mantener el desarrollo del juicio en la localidad donde reside Sandusky, esperanzado de que la reputación de este hombre como figura del deporte y fundador de la Segunda Milla, una fundación de caridad para niños desfavorecidos, ayudara a paliar la publicidad negativa que provocó el despido de Paterno y que llevó a serios conflictos al recinto universitario. Además, durante el juicio, los abogados del exentrenador ayudante han basado su defensa en que los denunciantes perseguían beneficios económicos, “ya que han pasado muchos años desde los incidentes”. Incluso han llegado a alegar que existía una conspiración contra Sandusky en la que se habría persuadido a las presuntas víctimas a declarar falsamente contra él.

Uno de los seis hijos adoptivos de Sandusky, Matt de 33 años, también ha declarado esta semana a las autoridades que el exentrenador ayudante de fútbol americano le había infrigido abusos. Los abogados emitieron un comunicado en el que se informaba que Matt estaba dispuesto a declarar como testigo de cargo en el juicio que se seguía contra su padre por abusos sexuales. Estas acusaciones se presentaron cuando el jurado estaba deliberando.

Durante el proceso, ocho jóvenes que se conocieron en la organización sin ánimo de lucro Segunda Milla han declarado varios episodios de abusos perpetrados por este exentrenador ayudante. Algunos han testificado con lágrimas en los ojos e incluso han declarado que para ellos Sandusky era como un padre. La mayoría de ellos dijo haber recibido regalos y una atención especial por su parte.

Los menores se enfrentaron a caricias, masajes y a practicar sexo oral o violaciones. Los testimonios referidos a otras dos víctimas fueron atestiguados por dos personas, el conserje de la universidad y el profesor adjunto, Mike McQueary, quien relató el encuentro sexual entre Sandusky y un menor de 10 años, que fue lo que provocó el despido inmediato de Paterno y del rector de la institución. Lo que comenzó como una relación estudiante-tutor terminó siendo abuso físico, según concluyeron algunos de los jóvenes durante el proceso.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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